Seguro que habéis probado muchas versiones de este pastel ya que es un clásico de la temporada. Pero lo cierto es que, aunque he elaborado rosas de manzana o la he incluido en alguna tartaleta con más fruta, así propiamente no la había elaborado nunca. Era algo que tenía pendiente y no podía esperar más.
Ésta es una receta muy facíl y el resultado es muy apretecible. Es un postre perfecto para estas tardes de octubre o noviembre y el toque de canela le da ese sabor especiado y cuya combinación me encanta. Hay quién prefiere esta tarta sin esta especia para conservar mejor el sabor de la manzana pero ya lo dejo a vuestra elección. Su interior es más parecido a un flan y el exterior es abizcochado. Toda una delicia para el paladar.
Me encanta elaborar clásicos de la repostería además de las nuevas tendencias. Pienso que la esencia es muy importante y es lo que debe permanecer siempre en un buen postre, sea la versión que sea.
Estoy deseando que llegue un poco el frío y poder tomar algo caliente mientras me cubro con la manta y me deleito con este tipo de postres...¿ustedes no?
¡Pasemos a la receta!
Ingredientes:
- 2 huevos
- 100 grs. azúcar moreno
- 180 grs. harina
- 8 grs. levadura química
- 1 cdta. canela en polvo
- 175 ml. leche
- 4 manzanas
- mermelada de albaricoque para decorar
Preparación:
En primer lugar pelaremos dos manzanas. Las descorazonamos y las cortamos en dados. Las otras dos las pelaremos más adelante para evitar que se oxiden en exceso.
En un vaso batidor, trituraremos todos los ingredientes: las manzanas troceadas, los huevos, la harina, la levadura, la canela, el azúcar y por último la leche.
Batimos bien hasta que quede una masa homegénea. Engrasamos bien nuestro molde con mantequilla y un poco de harina o bien con un poco de aceite. En mi caso, siempre cubro la base con papel de hornear y sólo engraso los laterales.
Vertemos la preparación y pelamos las otras dos manzanas. Cortamos en láminas y decoramos superponiendo una lámina sobre la otra. Desde el exterior hasta el interior hasta cubrir toda la superficie.
Precalentamos y horneamos unos 45 minutos a 180 grados. Comprobamos con el palillo antes de retirarla del horno. Dejamos templar, desmoldamos y pintamos con mermelada de albaricoque o melocotón que le aportará brillo y un toque más de sabor.
Para que se extienda mejor con el pincel, podéis poner el bol con la mermelada unos segundos en el microondas.
Dejamos reposar un poco y servimos nuestra tarta que conservaremos unos días en frío en un recipiente hermético.
¿Qué tal? me encantaría conocer vuestras recetas de tarta de manzana para ver cómo versionarla. Contadme cuál es vuestra receta favorita con esta fruta o añadir vuestro enlace en comentarios. Me encantará leeros.
En mi caso, he versionado la receta de Eva Arguiñano, especialista en repostería clásica, de quién aprendí las primeras elaboraciones de pastelería.
El otoño tiene ese punto de nostalgia que me encanta, es como un nuevo recomenzar con las hojas que se caen, la llegada del frío y los colores ocres de los paisajes y los terrenos. Sigo pensando en más recetas que endulcen estos meses...y en nada llega Halloween!
Hasta pronto. Os mando un saludo,
Maribel García