Me chiflan las tartas de queso, cuanto mas dulces mejor, por eso hoy he hecho una con un estilo tradicional pero con un toque delicioso, una tarta de queso con leche condensada. Tiene unas proporciones similares a la tarta de queso de la viña pero con el toque dulce de la leche condensada. Como sucede con estas tartas es una delicia, dulce, cremosa, muy fácil de hacer. Y es que es cuestión de mezclar ingredientes, pasar al molde y hornear. Aunque nos de pereza encender el horno es que merece la pena hacerla porque queda deliciosa. Como es una tarta grande tenemos la posibilidad de congelarla en porciones para otros días, luego solo hay que dejarla descongelar en la nevera y va a estar igual de rica que el primer día, o el segundo, porque las tartas de queso están mucho mejor a partir del segundo día.
Tarta de queso con leche condensada
Ingredientes800 g de queso crema
400 ml de nata (crema de leche) para montar
200 g de azúcar
5 huevos XL
350 g de leche condensada
40 g de maicena
Preparación de la tarta de queso con leche condensada
En un bol vamos a poner el queso crema y el azúcar y a mezclar hasta que esté integrado. Lo ideal en las tartas de queso es no meter mucho aire, por ello es mejor utilizar varillas manuales aunque cueste un poco mas.Para ayudarnos a que se integre vamos añadiendo los huevos, uno a uno. Cuando los tengamos todos añadimos la nata (crema de leche) para montar pero sin montarla.
Por último incorporamos la leche condensada, removemos y le ponemos la maicena. Vamos a mezclarlo todo hasta que no nos queden grumos de la harina, pero no pasa nada si nos queda alguno del queso.
Cuando lo tengamos vamos a meter al horno a 150º, calor arriba y abajo, durante aproximadamente una hora o una hora y cuarto.
Sabremos que está hecha porque al moverla el centro temblará pero no los bordes. La dejamos dentro del horno hasta que se enfríe y la pasamos a la nevera hasta el momento de comerla.