Para mí, aunque me encanta, la tarta de queso tiende a ser muy pesada. En un esfuerzo por aligerarla aunque sea un poco, en esta ocasión he cambiado parte del queso crema por yogur griego. El yogur griego la hace muy suave y cremosa, y le agrega un poco de sabor.
Al sustituir parte del queso por yogur la hace un poco mas ligera pero os aseguro que de ningún modo puede considerarse un postre “dietético”. La base es de galleta tipo María tradicional. El relleno de la tarta de queso es increíblemente fácil de preparar: solo hay que poner todos los ingredientes en el vaso de la batidora, batirlo, verterlo sobre la masa de la galleta y hornear.
Podéis rematar este pastel de queso con vuestra cobertura de mermelada y fruta favoritas. Los arándanos o las frambuesas son perfectos como aderezo para la cremosa tarta de queso.
Tarta de queso y yogur con arándanos
Dificultad: muy fácil
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Ingredientes
Para la base:
1 paquete de galletas María (o similar)
100 gramos de mantequilla
Para la tarta:
200 gramos de queso de untar (tipo Philadelphia)
3 yogures naturales (mejor yogur griego)
150 gramos de azúcar
3 huevos
50 gramos de Maizena
Mermelada de fresa o frambuesa para la cobertura
Preparación
Empezad triturando bien las galletas. En un cazo a fuego lento derretid la mantequilla y cuando esté líquida añadidla a las galletas trituradas y mezcladlo bien. Esta mezcla la pasáis a un molde (mejor uno desmoldable) y cubrís bien la base ayudándoos con una cuchara del revés para presionar bien sobre la galleta.
Poned todos los ingredientes de la tarta, excepto la mermelada, en el vaso de la batidora y mezcladlo bien, hasta que se vea una mezcla homogénea. La mezcla la vertéis sobre la base de galletas que tenéis preparada.
Metedlo en el horno, precalentado a 180º (calor arriba y abajo sin ventilador), de 45 minutos a una hora aproximadamente o hasta que veáis que los bordes empiezan a dorarse.
Cuando ya esté, sacadla del horno y la dejáis enfriar en la nevera (mejor de un día para otro). Cuando ya esté fría cubridla con la mermelada.
Web: Commememucho
Podéis optar por guardarla en el congelador y sacarla 2 horas antes de consumirla (fuera de la nevera), o unas 4 horas (descongelándola dentro de la nevera) . En el momento de servir añadid los arándanos. Fuera del congelador os durará unos 2 o 3 días.