Algunas de las grandes virtudes que tiene esta tarta frente a los caóticos menús navideños son que puede hacerse con total antelación y guardarse en el congelador hasta su consumo; todo el mundo sabe de qué se trata y os aseguro que no podrán negarse a tomar un trocito; no empalaga, no se hace pesada, no es densa y eso ayuda en estos días en los que no paramos de comer; es sencilla pese a sus pasos de elaboración y el acabado no solo es delicioso sino también bonito.
Además, la Tarta Helada de Whisky es, sin duda alguna, el postre favorito de mi padre. Ha sido durante dos años el pastel protagonista en su cumpleaños (versionado en diferentes estilos); es el postre que siempre, desde que yo tengo memoria, ha pedido en los restaurantes a los que vamos juntos; es la receta dulce a la que nunca, nunca, nunca dice que no y además repite.
Y a mi me encanta probar diferentes maneras de prepararla y que él, por supuesto, me de su visto bueno.
En esta ocasión, he partido de la receta de Atrapada en mi cocina y, como es habitual en mi, he realizado cambios y he introducido otro relleno y una cobertura diferente. El resultado: un bizcocho empapado en whisky, un relleno de whisky con corazón de vainilla y crocanti, y una cobertura de yema tostada, nata montada (crema de leche) y almendra crocanti.
TARTA HELADA DE WHISKY (SIN HORNO)
*Molde redondo 15cm.
INGREDIENTES para la base de bizcocho borracho:
Plancha fina de bizcocho de vainilla
Almíbar de whisky: 25g azúcar blanco, 50ml agua y 15ml whisky.
PREPARACIÓN de la base de bizcocho borracho:
Empezamos preparando el almíbar. Para ello, en un cazo a fuego medio calentamos el agua junto al azúcar hasta que empiece a hervir y el azúcar se haya disuelto por completo.
Retiramos del fuego y añadimos el whisky. Mezclamos y dejamos enfriar a temperatura ambiente.
Forramos la base del molde con papel film (si usáis papel de cocina, el almíbar puede mojarlo y se acabará rompiendo).
Colocamos nuestra plancha de bizcocho de vainilla (yo suelo tener siempre alguna congelada para cuando realizo tartas sin horno y quiero poner una base de bizcocho) en la base del molde.
Cuando el almíbar ya haya enfriado, pintamos por completo nuestro bizcocho, dejándolo bien empapado. Reservamos en la nevera mientras realizamos las siguientes preparaciones.
INGREDIENTES para el doble relleno de whisky y vainilla:
3 hojas de gelatina neutra
2 huevos L
40ml leche
75g azúcar blanco (usado en tres tandas de 25g cada una)
300ml nata (crema de leche) para montar
30ml whisky (podéis añadir más cantidad para conseguir un sabor más intenso a alcohol si preferís)
2 cucharaditas vainilla en pasta
Un puñado de almendra crocanti
PREPARACIÓN del doble relleno de whisky y vainilla:
Colocamos las hojas de gelatina en un bol con agua muy fría. Dejamos hidratar durante 10-15 minutos.
Separamos las yemas y las claras de nuestros 2 huevos. Reservamos las claras para uso posterior.
En un cazo a fuego lento, calentamos la leche y 25g de azúcar. No debe llegar a hervir, únicamente es calentarlo. Retiramos del fuego e incorporamos las 2 yemas de huevo. Mezclamos enérgicamente con unas varillas de mano para que los tres ingredientes se integren por completo.
Como ya habrán pasado los 10-15 minutos, incorporamos a nuestra mezcla las hojas de gelatina hidratadas. Debemos asegurarnos de que están bien escurridas antes de añadirlas a la mezcla para que no nos quede aguado. Mezclamos para que se deshagan y se repartan bien por toda la masa.
Ahora vamos a preparar los dos rellenos: Separamos esta preparación en 2 boles. En uno de ellos colocamos 1/3 de la cantidad, es decir, unos 40ml; en el otro colocamos 2/3 de la cantidad, aproximadamente 80ml). Al primer bol que contiene la menor cantidad le añadimos la vainilla en pasta, mezclamos y calentamos ligeramente al fuego de nuevo. Al segundo bol que contiene la mayor cantidad le añadimos el whisky, mezclamos y calentamos también a fuego lento unos minutos. Dejamos enfriar a temperatura ambiente.
De mientras, aprovechamos para montar la nata (crema de leche) junto a 25g de azúcar. Reservamos en la nevera hasta su uso.
También montamos las claras de huevo separadas anteriormente con los últimos 25g de azúcar. Debemos conseguir un merengue firme y brillante. Reservamos en la nevera también.
Retomamos las mezclas anteriores. Empezamos por la de vainilla (la de menor cantidad), que será el corazón escondido de nuestra tarta. Le añadimos 100ml de nata montada (crema de leche), 30ml de merengue y un puñado de almendra crocanti. Mezclamos con movimientos envolventes. Forramos un molde redondo de 11 cm con papel film y vertemos dentro de él la masa de vainilla que hemos preparado. Metemos en el congelador para que cuaje por completo.
Ahora elaboramos nuestro otro relleno de whisky. A este bol le añadimos 200ml de nata montada (crema de leche) y 60ml de merengue. Mezclamos también con movimientos envolventes y reservamos en la nevera.
Ahora nos ponemos a montar el relleno de nuestra tarta. Sobre la base de bizcocho que ya hemos almibarado y tenemos en la nevera, ponemos una fina capa de relleno de whisky bien alisada. Encima de esta colocamos nuestro disco de relleno de vainilla (como ya habrá cuajado en el congelador, sacamos del molde con nuestras manos con mucho cuidado) lo más centrado posible. Acabamos de verter por encima y por los laterales el relleno de whisky que nos queda. Alisamos la superficie y metemos en el congelador durante mínimo 8 horas (yo lo he dejado toda la noche).
INGREDIENTES para la cobertura de yema tostada:
100ml leche
120g azúcar
20g maicena
2 huevos
PREPARACIÓN de la cobertura de yema tostada:
En un cazo a fuego medio, hacemos hervir 75ml de leche junto al azúcar.
En un bol aparte, juntamos los 25ml de leche restante con la maicena y mezclamos bien hasta que no queden grumos. Añadimos también los huevos, uno a uno, batiendo enérgicamente.
Cuando la mezcla anterior haya hervido, la vertemos sobre el bol con la leche, la maicena y los huevos. Es muy importante hacerlo en forma de hilo (es decir, poco a poco y de forma continuada) al mismo tiempo que con las varillas de mano vamos batiendo la mezcla. Así, nos aseguraremos de que los huevos no cuajan.
En el cazo que hemos utilizado antes, ponemos toda la mezcla y la calentamos a fuego medio, sin dejar de mezclar con las varillas para que no se nos pegue en el fondo del cazo. Poco a poco irá espesando hasta obtener una masa consistente y un poco densa. Retiramos del fuego y tapándolo con un papel film, dejamos enfriar por completo a temperatura ambiente.
Cuando la yema ya no esté caliente, la vertemos encima de nuestro relleno de whisky. Alisamos por completo y volvemos a meter en el congelador para que cuaje.
Antes de servir, desmoldamos la tarta y colocamos un poco de azúcar encima de la yema. Con un soplete, tostamos.
También podemos acabar de decorarla con un poco de nata montada (crema de leche) y almendra crocanti.
Dejamos la tarta unos 20-30 minutos antes de consumir a temperatura ambiente para que se descongele y nos resulte más esponjosa y cremosa a la hora de comer sin perder su frío característico.
Espero que os haya gustado y que estéis esperando recetas navideñas con los brazos abiertos porque todo lo que voy a publicar a partir de ahora y hasta las fiestas va a estar pensado para esas comidas y cenas con las que despediremos este año 2016. Algunas más sencillas, otras más elaboradas, unas especiadas, unas chocolateadas... eso sí, todas con mucha magia y mucho sabor.
Ojalá os animéis a preparar esta Tarta Helada de Whisky para vuestros familiares y amigos en estas navidades. Una receta clásica, con un toque innovador y con el que seguro triunfaréis!
Besoooootes <3