Creo que esta tarta mousse de limón os va a dejar sin palabras, al igual que me dejó a mi. La receta original es de Miquel Antoja, y en cuanto la vi, me pareció imposible que de una simple gelatina de limón (tal cual) saliese una tarta tan hermosa.
Por lo tanto, tenía que probar a ver si era verdad. ¡Necesitaba saberlo! En cuanto tuve un momento me puse a ello. Y... ¡Sí, la gelatina de limón se puede montar!, al igual que se monta la nata (crema de leche). Eso sí, es necesario un robot de cocina con varillas y darle caña como mínimo unos 25 minutos a potencia máxima. Hacerlo a mano no es una opción. No creo que se pueda. Si tenéis un robot de cocina con varillas (yo lo hice con la KitchenAid) y os atrevéis a hacerla, os aseguro de que no os vais a arrepentir.
Otra de las curiosidades de esta tarta es que, una vez hecha, se mete en el congelador y se deja que solidifique. ¡Pero cuando la sacáis del congelador está super esponjosa! Se toma directamente del congelador, y la consistencia es parecida a la de las nubes de golosina (marshmallows). Además, tiene un sabor a limón muy refrescante. Ideal para el verano.
La receta original era con té matcha por encima, pero como a mi marido no le gusta el té matcha, le puse virutas de chocolate blanco por encima, pero podéis ponerle lo que queráis, o no poner nada. Está riquísima de cualquier forma.
Esta tarta es apta para celíacos sin el chocolate blanco. Si le añadís chocolate blanco, vigilad que no tenga gluten.
Ingredientes:
300 g. de agua
300 g. de azúcar
300 g. de zumo de limón
30 g. de hojas de gelatina
70 g. de chocolate blanco (Opcional)
Gominolas para adornar (Opcional)Preparación:
Primero de todo vamos exprimiendo los limones (no indico cuántos, ya que la cantidad de limones puede variar).
Vamos colando el zumo de limón con un colador de malla fina, para asegurarnos que no se cuelen trozos o semillas. Tenemos que pesar 300 gramos de zumo de limón en total.
Aquí tenemos los 300 gramos de zumo de limón.
A continuación pesamos los 30 gramos de hojas de gelatina.
Ponemos abundante agua fría en un recipiente y vamos añadiendo las hojas de gelatina de una en una, para que se hidraten bien.
A continuación vamos a hacer la gelatina de limón. Ponemos 300 gramos de agua en un cazo.
Añadimos los 300 gramos de azúcar y lo calentamos hasta que se ponga a hervir.
Una vez esté hirviendo, añadimos el zumo de limón.
Volvemos a dejar que hierva por segunda vez. Una vez vuelva a hervir, escurrimos las hojas de gelatina y las añadimos.
Apartamos el cazo del fuego. Removemos con unas varillas o con una cuchara para que se disuelva la gelatina. Si usáis cuchara, la cuchara NO ha de ser de madera.
Ponemos la gelatina de limón en un recipiente ancho.
Dejamos que la gelatina se enfríe y metemos el recipiente en la nevera hasta que se haya solidificado. En la receta original pone un mínimo de 3 horas, pero yo lo dejé de un día para otro.
Aquí tenemos la gelatina solidificada.
No es obligatorio, pero os recomiendo que en el molde que uséis para hacer la tarta (que ha de ser preferentemente desmontable) le pongáis en los bordes una lámina de acetato. De esta forma os será más fácil desmoldar, ya que la tarta no se pegará a los bordes del molde y os quedará una tarta con un aspecto más profesional.
Os muestro en la foto lo que es una lámina de acetato. En mi caso, el molde tiene la base de cristal, o sea, que no le hagáis caso a lo de abajo. La lámina de acetato es una lámina similar a plástico transparente que está en los bordes del molde.
A continuación ponemos la gelatina solidificada en el vaso del robot de cocina.
Ponemos el accesorio de varillas.
¡Y aquí comienza lo interesante! Primero ponemos la máquina a una velocidad media para que la gelatina se rompa y no salte todo por los aires.
Una vez se haya roto la gelatina, vamos aumentando poco a poco hasta llegar a la velocidad máxima. En este vídeo podéis ver cómo la textura de gelatina va desapareciendo y comienza a montarse:
Una vez hemos llegado a la velocidad máxima (en la KitchenAid es la velocidad 10), lo dejamos que se vaya montando. En mi caso, tardé unos 25 minutos. En este vídeo podéis ver que la textura de la gelatina ha desaparecido por completo, pero todavía falta por acabar de montar:
Aquí podéis ver la gelatina completamente montada, una vez han pasado 25 minutos montando a velocidad máxima. ¿Os habéis fijado lo que ha llegado a subir?
Una vez se ha montado la gelatina, paramos la máquina. Lo que antes era gelatina ahora ha de tener una textura de mousse.
Vertemos la mousse en el molde.
Salió tal cantidad que me sobró y tuve que poner el resto en otro recipiente, a pesar de que el molde era de los grandes.
Ponemos el molde en el congelador para que se congele. Una vez congelado, y esto es opcional, si queréis podéis rallar un poco de chocolate blanco por encima.
Desmoldamos y le quitamos la cinta de acetato.
Adornamos con gominolas (también es opcional).
¡Y listo para servir! Ahora viene lo bueno. Aquí podéis ver la textura que tiene acabado de sacar del congelador. La textura es parecida a las nubes de golosina (o malvaviscos, o marshmallows) y tiene un sabor a limón super refrescante.
¿Queréis un trocito?
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