Tartaleta de limón
¡Saludos a tod@s! Comenzamos semana y seguimos con postres perfectos para el calorcito que ya se va acercando. Se trata de esta tartaleta de limón, comúnmente conocida como lemon pie; aunque no llega a ser un pie ya que la base no está hecha de masa quebrada, sino de masa sablé, me apetecía mucho una base de almendras y las masas quebradas me gustan más para las tartas saladas. A excepción del sablé que va horneado el resto es una sencilla crema de limón tipo lemon curd, que solidifica de maravilla en frío y le da un toque….¡tremendo! Si notáis el color de la crema muy intenso no penséis que he añadido colorantes, ¡nada de eso!, he utilizado huevos de “gallinas felices”, o lo que es lo mismo gallinas camperas que no se alimentan de pienso, y no veáis la diferencia de gusto y de color.
La decoración es a gustos, aunque yo me he venido un poco arriba y he utilizado pistachos, crocanti de almendras, flores y rodajas de limón, pero podéis hacer sin problema un merengue italiano y dorarlo con soplete o dejarla tal cual. Yo he utilizado un molde rectangular desmontable de 35 cm de largo, pero si no tenéis podéis utilizar uno redondo de unos 20-22 cm de diámetro.
Ingredientes:
Masa sablé:
1 huevo
50 gramos de almendra molida (yo uso marca Calconut)
75 gramos de azúcar glas
275 gramos de harina
130 gramos de mantequilla sin sal fría cortada en dados
Una pizca de salCrema de limón:
4 yemas de huevo
50 gramos de Maizena o almidón de maiz
La ralladura de un limón
El zumo de 4 limones grandes
225 gramos de azúcar
50 gramos de mantequilla
100 ml de aguaPreparación:
Vamos a comenzar preparando la base de nuestra tartaleta, que será una masa sablé breton. La podemos hacer a mano o en nuestro robot de cocina o robot amasador. Si la hacemos a mano mezclamos todos los ingredientes hasta que estén bien integrados, con cuidado de no sobrecalentar la mantequilla, pero procurando que vaya quedando como una textura arenosa. Si la hacemos con robot simplemente amasamos lo justo hasta que no veamos harina. Una vez lista hacemos una bola con la masa y la estiramos entre dos papeles de horno con ayuda de un rodillo, dejándola de un grosor aproximado de 0,5 cm. Refrigeramos unos 30 minutos.
Una vez pasado el tiempo sacamos nuestra sablé de la nevera y forramos con mucho cuidado nuestro molde que estará previamente engrasado o bien con mantequilla o bien con spray desmoldante. La masa sablé suele “romperse” fácilmente, así que lo ideal es que dibujéis la base de vuestro molde sobre la masa y ya de ahí la paséis al molde, y recortéis con un cuchillo los laterales y los vayáis acoplando al molde poco a poco presionando bien por todo. No os preocupéis si se os rompe al colocarla, recordad que no es una masa quebrada, y al llevar almendra y nada de líquido (la masa quebrada lleva agua) es mucho más sensible de romperse, así que con paciencia y poco a poco. Una vez forrado nuestro molde lo llevamos a la nevera otros 30 minutos, ha de estar bien fría la masa para que no se hinche durante el horneado.
Precalentamos el horno a 180º, y mientras se calienta pinchamos la base de nuestra tartaleta con un tenedor para evitar que se hinche al hornearse. Aún así colocaremos un “peso” los primeros 15 minutos de horneado. Yo utilizo arroz o garbanzos secos; extiendo papel film (apto para horno ¡ojo!) sobre la base de la tarta y extiendo por todo las legumbres secas, y recubro bien con otra capa de film, procurando que no se salga nada por los bordes. Horneamos 15 minutos. Pasado este tiempo sacamos el molde del horno y con mucho cuidado quitamos las pesas, y volvemos a llevar al horno durante 10 minutos más. Una vez lista y doradita sacamos y dejamos enfriar.
Mientras se enfría nuestra base vamos a preparar la crema de limón. Para ello mezclamos el agua, el zumo de limón, la Maizena, la ralladura de limón y el azúcar. Llevamos al fuego medio alto hasta que de un primer hervor, todo ello sin dejar de remover con una espátula de silicona o unas varillas. Removemos un par de minutos y retiramos del fuego. Añadimos la mantequilla y las yemas y removemos bien hasta que se integre por completo. Volvemos a llevar al fuego hasta que hierva y esperamos otro par de minutos. Retiramos del fuego y vertemos sobre nuestra base ya enfriada. Para evitar que la crema haga “costra” al enfriarse, taparemos nuestra tarta con papel film “a piel”; esto es, que toque el film la crema y no quede aire entre ellos. Llevamos a la nevera un mínimo de 5-6 horas, aunque ya sabéis que a mi me gusta dejar este tipo de tartas toda la noche en la nevera, y ya decorarlas por la mañana.
Por último decoramos al gusto, yo he utilizado flores, pistachos, almendras, rodajas de limón…pero este tipo de tartas quedan fantásticas con merengue italiano por encima, si queréis podéis encontrar la receta aquí, y después quemarlo un poco con un soplete de cocina.
Y hasta aquí la receta de hoy, espero que os haya gustado y la pongáis en práctica, si sois fanáticos del limón como yo os encantará. Deciros que la crema de limón la podéis hacer de naranja, de lima o incluso de mandarina, ¡la imaginación no tiene límites! Un besazo a tod@s y nos leemos la semana que viene.