Casi no llego a tiempo de postear porque acabo de regresar de viaje, pero no quería quedarme fuera del reto, y más teniendo en cuenta que el ingrediente protagonista en esta ocasión me encanta: el tomate!!!
La receta me la “pasó” mi amiga Mari Carmen, una mujer toda simpatía y generosidad, que cocina de lujo y es además una maravillosa anfitriona, así que esta entrada va dedicada a ella.
Por lo general, relacionamos las “Tatín” con la repostería, porque a menudo pensamos en una tarta de manzana “al revés”, pero lo cierto es que podemos hacer nuestra tatín con cualquier otra fruta o verdura como en este caso, dándole un toque salado muy apetecible.
Y como decía el anuncio: “cuate, aquí hay tomate”… así que no perdamos más tiempo y empecemos con la receta. Estos son los ingredientes necesarios para elaborarla:
– 16 tomates medianos
– 3 chalotas
– Dos cucharadas de albahaca
– Dos cucharadas de cebollino
– Una cucharada de orégano
– Una cucharada de tomillo
– Un paquete de masa quebrada
– Aceite de oliva, sal y pimienta
Y para la pasta de queso:
– 200 gr de queso blanco
– 200 gr de queso ricotta
– 50 gr de aceitunas negras
– Un limón
– Sal y pimienta
Comenzamos por quitar la piel a los tomates. Para hacerlo fácilmente bastará con que les hagamos un corte en forma de cruz y los escaldemos medio minuto en agua hirviendo, después los ponemos en un recipiente con agua fría y ya veréis lo sencillo que resulta pelarlos.
Cortamos la mitad de los tomates en gajos (o rodajas, como os más os guste) y los colocamos en una fuente apta para horno, pincelada de aceite de oliva. Salpimentamos.
Cortamos la otra mitad en taquitos y picamos finamente las chalotas.
En la sartén, con un fondo de aceite de oliva, rehogamos las chalotas, los tomates picados y las hierbas. Cocinamos a fuego bajo hasta reducir el líquido y dejamos enfriar.
En un bol mezclamos los quesos con las aceitunas cortadas en cuartos, la ralladura del limón, sal y pimienta. Ponemos un poco de esta pasta sobre los tomates cortados en gajos que tenemos ya preparados.
Encima de la pasta de queso ponemos la mitad del tomate cocinado y repetimos con una nueva capa de queso y la otra mitad del tomate cocinado.
Terminamos cubriendo con la lámina de masa quebrada, cortamos y metemos los bordes hacia dentro. Enfriamos durante 10 minutos en la nevera.
Horneamos a 180 grados, durante 30/40 minutos (el tiempo dependerá de cada horno).
Desmoldamos en tibio y listo para disfrutar. Aquí tenéis el resultado, un entrante perfecto o una cena ligera, con un sabor fresco y delicioso, para apasionados del tomate como una servidora.
Espero que os guste :)