Las torrijas como todos los platos tradicionales tiene tantas versiones como cocineros haya, las de mi abuela secas y rebozadas en azúcar nada más freirlas, las de mi madre mojadas en leche con azúcar y canela, las mías al horno y bañadas con un almíbar de miel, en mente tengo bañarlas en chocolate, pero esas las dejo para otro día que aunque sean al horno se disparan las calorías.
Ingredientes
-1 barra de pan de torrijas
-1 litro de leche
-150 gr de azúcar
-1 rama de canela
-3 huevos (para rebozar las torrijas)
-azúcar y canela en polvo (opcional)
-miel (opcional)
Calentamos la leche con el azúcar y la rama de canela hasta que llegue a ebullición, en ese momento retiramos del fuego y reservamos hasta que se enfríe.
Mientras cortamos el pan en rebanadas de unos 2 centímetros de grosor.
Cuando la leche esté tibia retiramos la rama de canela y vamos mojando las rebanadas de pan, dejamos que se empapen bien, las sacamos, las escurrimos un poquito y las rebozamos en el huevo.
En una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado vamos colocando las torrijas separadas entre sí para que no se peguen.
Precalentamos el horno a 200º e introducimos la bandeja con las torrijas, horneamos durante 10-12 minutos por cada lado.
Yo he decidido preparar tres acabados distintos, con azúcar dedicadas a mi abuela, bañadas en leche para mi madre y con miel, porque me apetecían. Las tres versiones han quedado riquísimas, mis peques han dado buena cuenta de todas ellas.
Si os apetecen con azúcar:
Vertimos azúcar en un plato llano y según vayamos sacando las torrijas del horno las vamos rebozando en el azúcar (podemos añadirle un poquito de canela en polvo), es importante que estén calientes para que con el vapor que todavía desprenden se “pegue” mejor el azúcar.
Si os decantáis por bañarlas en leche:
Cuando las saquemos del horno las colocamos en una fuente honda, dejamos que se enfríen y vertimos sobre ellas la leche que nos había quedado al remojarlas. Terminamos espolvoreando una mezcla de azúcar y canela por encima de la fuente de torrijas.
Si queréis probarlas con miel:
Hacemos un almíbar, debemos usar la misma cantidad de agua que de miel, calentamos el agua para que sea más fácil deshacer la miel, mezclamos bien y vertimos sobre las torrijas.
Si preferís hacerlas totalmente tradicionales, en lugar de hacerlas al horno las freímos en abundante aceite caliente, sin lugar a dudas resultan deliciosas, pero también mucho más calóricas, así que como el resultado de las torrijas al horno me ha gustado tanto repetiré.
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