Las torrijas son de esas cosas que tienen una y mil variantes diferentes y a cada cual más buena. Esto como en todo, es cuestión de gustos. Así hay quien prefiere las torrijas clásicas de toda la vida como es el caso de mi madre, o quien como yo por ejemplo, me gusta experimentar y probar siempre cosas diferentes e ir adaptando recetas a nuevos sabores y sensaciones. Y si recordáis el otro día sin ir más lejos, os mostré unas increíbles torrijas hechas con leche de Coco, absolutamente maravillosas.
En este caso, como ya sabéis por otras entradas, si hay una combinación que me encanta en repostería es la naranja con el chocolate y hoy no os la traigo en forma de galleta o de Bundt Cake, si no que vais a ver como este dulce típico de Semana Santa acepta y de qué manera esta deliciosa e infalible unión naranja/chocolate.
Con las torrijas nos pasa como con los turrones en Navidad ó las flores en Carnaval, que solo y exclusivamente los preparamos para esa fecha concreta del año y no entiendo por qué, ya que no llevan ningún ingrediente de temporada como puede ser la calabaza o determinadas frutas. Y encima son tan fáciles de preparar, con ingredientes que todos tenemos en nuestra despensa y nevera y están tan buenas, que es difícil de entender que tengamos que esperar todo un año para volver a degustarlas.
INGREDIENTES:
Para las torrijas:
1 barra de pan del día anterior
1 litro de leche
4 cucharadas soperas de azúcar
1 ramita de canela
la cáscara de media naranja
2 huevos para rebozarlas (es posible que necesites alguno más, dependiendo del tamaño de la barra de pan)
Aceite de oliva virgen para freírlas
Para el almíbar de naranja:
La ralladura de media naranja
125 ml. de zumo de naranja
125 gr. de azúcar
2 cucharadas de miel
Para la cobertura de chocolate:
180gr. de chocolate para cobertura
ELABORACIÓN:
Vamos a empezar haciendo el almíbar de naranja y para ello vamos a poner a calentar el zumo de naranja junto con los 125 gr. de azúcar. Removemos bien hasta que el azúcar se disuelva completamente. Añadimos entonces la miel y la ralladura de media naranja y continuamos removiendo hasta que la miel se integre completamente y la mezcla comience a espesar. Debemos conseguir la consistencia de un almíbar.
Ahora procederemos a hacer las torrijas. Lo primero que vamos a hacer es poner la leche con el azúcar, la piel de media naranja y la ramita de canela en un cazo y lo llevaremos a ebullición. Cuando rompa a hervir retiramos y esperamos a que se temple un poco ya que si echamos la leche tan caliente, el pan se nos rompería.
Cortamos el pan en rebanadas de aproximadamente 2 cm y lo disponemos en una fuente honda. Vertemos entonces por encima la leche ya templada.
Rebozamos en huevo batido y freimos en abundante aceite caliente hasta que se doren por ambos lados.
Disponemos las torrijas sobre papel absorbente para quitarles el exceso de aceite.
Ahora vamos a bañar las torrijas en el almíbar mojándolas por los dos lados. Las dejamos enfriar y escurrir sobre una rejilla.
Ahora tienes la opción de comértelas así tal cual están acompañadas de una bolita de helado de vainilla o bien como he hecho yo, aplicar un baño de chocolate a la mitad de las torrijas, la otra mitad las dejé sin nada porque en mi familia no todos son tan amantes del chocolate como yo.
Derretimos el chocolate al baño maría o en el microondas y bañamos la mitad de cada torrija con él.
ALGUNAS ACLARACIONES:
Introduce las torrijas que te sobren en un recipiente hermético y guárdalas en la nevera un máximo de cuatro días.