En Semana Santa y Cuaresma, uno de los postres típicos por excelencia son las torrijas. En casa, aunque sólo sea una vez al año, siempre se preparan. Lo habitual es utilizar el pan duro de días anteriores para prepararlas, empapándolas luego en leche y huevo.
Pero la verdad es que en cada familia se preparan de manera distinta, aromatizando más o menos la leche, bañándolas o no en almíbar, un montón de variaciones que, aunque parezcan sutiles pueden marcar la diferencia entre unas torrijas ricas, porque todas lo están, y unas torrijas de categoría.
La receta que os traigo son, con diferencia, las mejores torrijas que haya probado nunca. Uno de los motivos es que he utilizado un pan para torrijas. En Galicia no existe un pan que se elabore específicamente para preparar torrijas, pero en otras zonas de España sí es habitual que, por fechas de Semana Santa y Cuaresma, en panaderías y pastelerías se ponga a la venta este tipo de pan.
La diferencia de este pan con una barra cualquiera que podamos utilizar, es su textura y consistencia. La miga es compacta y densa, aunque no apelmazada, lo que nos garantiza que las rebanadas no se rompan durante el proceso de empapado en leche. La receta es muy sencilla y os aseguro que vale la pena prepararla. Podéis ver como se hace este pan en el blog de Recetas de rechupete.
Otro de los secretos de estas torrijas son su baño. Además de leche, están bañadas con un poquito de nata (crema de leche) aromatizada con canela en rama, limón y un buen chorro de vino dulce, en mi caso Málaga Virgen, buenísimas. Bueno, os cuento la receta y si os animáis ya me contaréis, estoy segura de que os van a encantar.
RACIONES: 8 ud.
DIFICULTAD: baja
TIEMPO: 30 minutos
TORRIJAS:
8 REBANADAS DE PAN
400 ml. LECHE ENTERA
100 ml. NATA (crema de leche) LÍQUIDA
70 ml. VINO DULCE (Málaga Virgen)
1 PALITO DE CANELA
1 TIRA DE MONDA DE LIMÓN
50 gr. AZÚCAR
2 HUEVOS
ACEITE DE GIRASOL PARA FREÍR
AZÚCAR PARA ESPOLVOREAR
CANELA EN POLVO PARA ESPOLVOREAR
1.- Preparamos la mezcla para empapar las torrijas. En un cazo calentamos la leche y la nata (crema de leche). Cuando esté muy caliente, sin que llegue a hervir, añadimos la rama de canela y la tira de monda de limón y retiramos del fuego. Dejamos que se enfríe la mezcla mientras se va infusionando con la canela y el limón.
2.- Cuando la mezcla esté templada añadimos el vino dulce y mezclamos bien.
3.- En una fuente amplia vertemos la mezcla, una vez templada, y vamos colocando las rebanadas de pan para que se empapen del líquido. Les damos la vuelta de dejamos que absorban de la mezcla por los dos lados, hasta que estén bien empapadas.
Si empleamos pan de torrijas podemos dejar las rebanadas en el líquido durante 15-20 minutos, no os preocupéis que no se romperán y quedarán totalmente empapadas. Si el pan que utilizamos es pan normal, duro del día anterior, es importante que no lo tengamos demasiado tiempo en el líquido para que no se nos rompa.
4.- En otra bandeja batimos lo huevos y les añadimos un par de cucharadas de la leche con nata (crema de leche) infusionada.
5.- Pasamos cada una de las rebanadas de pan empapadas en leche por la bandeja de huevo y pasamos a freírlas en abundante aceite de girasol. Freímos bien por cada lado y retiramos a una bandeja con papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.
Soy partidaria de utilizar aceite de girasol para este tipo de frituras de dulces porque no les añade sabor alguno y así percibimos sólo el de la propia masa que hayamos preparado.
6.- Pasamos cada rebanada por una mezcla de azúcar y canela en polvo y ya están las torrijas listas para comer.
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