Mira que puede darnos juego una tortilla.
Ese plato tan nuestro que no puede faltar en nuestros tapeos de domingo, en nuestros días de playa, en el táper del trabajo..un plato sencillo, humilde y posiblemente una de las mejores embajadoras de nuestra gastronomía.
La tortilla de patatas..con o sin cebolla, bien cuajada o jugosa, te guste como te guste es la auténtica reina. Y por eso las chicas de La Cocina Typical Spanish han querido rendirle un homenaje a este plato tan español #dalelavueltaalatortillaTS
La idea es preparar esa tortilla familiar que tan bien cocinaban las abuelas, donde la patata se mezclaba con esos restos de verduras (espárragos, pimientos...) para convertir una receta de aprovechamiento en un manjar.
Tengo que reconocer que mi primera idea era preparar una tortilla de berenjenas. Es un plato que preparaba como nadie la abuela de mi marido, por desgracia ella falleció hace solo unos días y no pude sacarle los trucos que ella usaba para que quedara tan rica.
Así que me decidí por una tortilla guisada, un plato que me ha sorprendido por el sabor y que al parecer era habitual cocinarla así para darle jugosidad a una tortilla que había quedado algo seca.
La verdad es que es una receta muy fácil pero muy resultona y con un sabor excepcional.
INGREDIENTES:
Para la tortilla:
3 patatas grandes
4 huevos
1/2 cebolla
sal y aceite para freir
Para la salsa:
1/2 cebolla
1 cucharada de harina
1 pastilla de concentrado de pollo
1 hoja de laurel
1 pizca de colorante alimentario
1/2 litro de caldo casero de pollo
PREPARACIÓN:
Comenzamos preparando la tortilla como tengamos por costumbre. Yo la hago así: pelamos y cortamos las patatas y la cebolla en cuadraditos. Las salamos y freímos en aceite caliente hasta que estén doradas. Sacamos de la sartén y escurrimos.
Batimos los huevos en un recipiente y añadimos las patatas y cebolla. Mezclamos muy bien y echamos en una sartén más pequeña (la mía era de 18 cm) a la que le habremos puesto un hilo de aceite en el fondo para que no se pegue.
Dejamos que se cocine a fuego medio hasta que veamos que los bordes se han cuajado. Con una espátula levantamos ligeramente los bordes para ver si se ha cocinado por debajo.
Usaremos un plato grande o un "vuelcatortillas" para darle la vuelta y volver a poner en la sartén para que se acabe de hacer.
Cuando ya esté hecha a nuestro gusto, mas o menos cuajada (en casa nos gusta bien hecha), la sacamos de la sartén y la dejamos reposar en un plato.
Vamos ahora a cortar en cuadraditos la media cebolla y la vamos a pochar en una cazuela amplia, con parte del aceite de freír las patatas. Cuando esté transparente añadimos la harina y damos unas vueltas para que no esté cruda. Cuando se haya cocinado echamos el caldo de pollo, la pastilla de concentrado, el colorante y la hoja de laurel. dejamos que hierva unos minutos antes de añadir la tortilla que habremos cortado en porciones.
Dejamos que hierva en el caldo unos minutos para que se empape del sabor. Apartamos del fuego y servimos.
Freimos las patatas y la cebolla picadas.
Mezclamos con los huevos batidos.
Y cuajamos en una sartén más pequeña.
Reservamos en un plato mientras hacemos la salsa.
Picamos la cebolla y la pochamos en una cazuela amplia.
Agregamos la harina y damos vueltas para que se cocine.
Incorporamos el caldo de pollo, el colorante, el concentrado y la hoja de laurel. Dejamos que hierva.
Introducimos la tortilla troceada y dejamos que se empape del sabor.
Y servimos de inmediato. Calentita está muy rica.
Preparad una buena dosis de pan.
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