No hay nada que me guste más que un picoteo.
El nombre de mi blog ya os lo ha insinuado, me encantan las tapitas y por supuesto los postres jajaja.
Y sé que no es conveniente abusar de ninguno, pero de vez en cuando hay que darse caprichos porque si no la vida sería muy aburrida.
Hoy tocaba tapear, con una de las tapas más emblemáticas de la cocina andaluza, de la de Cádiz, más bien. Son estas tortillitas de camarones que hacen que un par de ellas ( o tres) y un buen tinto de verano o cerveza muy fría conviertan el domingo en un día perfecto.
Las tortillitas de camarones son muy fáciles de hacer, pero tienen su truquillo.
Esta delicia surge de la mano del cocinero del famoso restaurante El Faro, de Cádiz, que a su vez la consiguió de la cocinera de la famosísima Venta Vargas.
Dos sitios donde se come de lujo. Pues siguiendo la receta de este señor, hoy vamos a degustar una auténtica tortillita de camarones.
Fuente: Cosas de comé
INGREDIENTES:
150 gr de camarones frescos (yo solo los encontré cocidos, pero también nos valen)
180 gr de harina de trigo
20 gr de harina de garbanzos
1 diente de ajo machacado
¼ de cebolla picada muy fina
Unas hojas de perejil picado
Agua muy fría (aproximadamente 250 ml)
1 cucharadita de sal
1 pizca de colorante alimentario (opcional)
Aceite de oliva para freir
PREPARACIÓN:
Ponemos las harinas en un recipiente hondo y las mezclamos. Añadimos la cebolla picada, el ajo, el perejil y los camarones. Removemos todo para mezclar bien. Ahora vamos a ir echando agua fría hasta tener una masa que tenga la consistencia de un yogur con tropezones.Añadimos ahora la sal y el colorante y mezclamos.
Ponemos en una sartén grande o una cazuela amplia dos o tres dedos de aceite. No queremos que la masa se cubra por completo. Calentamos el aceite pero que no llegue a humear.
Cogemos porciones de masa con una cuchara sopera y las vamos a echar en la sartén deslizando la masa. No se trata de echar la masa sin más, se trata de que al deslizarla sobre el aceite se expanda y nos queden unas tortillitas finas y crujientes. De hecho el autor de la receta dice que la masa "hay que acunarla" dando asi idea de que se trata de depositar la masa con suavidad y meciéndola para que adquiera la típica forma.
Las auténticas llevan “encajes” es decir picos de masa que al freir forman dibujos.
Dejamos un par de minutos y damos la vuelta. Freimos hasta que las dos caras estén doradas. Dejamos sobre papel absorbente y continuamos hasta acabar la masa. Os recomiendo que vayáis retirando con una espumadera los restos de masa que se van quedando en el aceite para que no se quemen.
Servimos calentitas, aunque frías también están muy buenas.
Mezclamos las dos harinas.
Añadimos ajo, perejil y cebolla.
Aqui tenemos los camarones. Estos están cocidos
Se colaron algunas crias de gambas, mirad la diferencia de tamaño.
Lo mezclamos todo bien y vamos echando el agua muy fría.
Ya está la masa lista.
Debe quedar semi liquida, como un yogur.
Y cuidado al echar la masa en la sartén, con suavidad para que se expanda y coja la forma.
Dejamos sobre papel absorbente unos segundos. ¡Y a disfrutar!
Doradita y crujiente. ¡Para no dejar ni una!