Hará cosa de unos 8 años, cuando a mi me dio por hacer salidas en bici de montaña, salíamos a dar vueltas con las bicis por el monte y aquello parecían Las Ramblas. 500 millones de personas ( ¡sin exagerar, los contaba! ) pedaleando por los caminos de las afueras de mi ciudad.
Luego vino el tema del running y lo mismo. Salir a correr era un poco como sentirte parte del grupillo de fans de Forrest Gump.
Por ahí en medio aparecieron los más lanzados, a los que las carreras de 10 kms. se les hacían poca cosa y ya se lanzaban a las medias maratones, maratones y hasta triatlones.
Ahora viene Kilian Jornet, de quien desde aquí me declaro públicamente muy fans, se pone a triscar los montes como una cabrilla y automáticamente todos pasamos a hacer carreras de montaña.
Si a estas ganas generalizadas de mover las piernas se suma que las cositas hechas a mano y en casa son mejores -o lo que vendría a ser el DIY- ¿entonces qué tenemos?
Tenemos una necesidad de hacernos nuestras propias barritas energéticas, que nos irán genial para llevar en la bolsa y darnos una buena dosis de energía instantánea, y como nos las preparamos nosotros sabemos exactamente qué llevan, que siempre es un plus.
Lógicamente yo también me las he preparado en casa, y otro día os traigo algunas recetas ricas.
El problema con el que me he encontrado hasta dar con una buena receta es que algunas de las que corren por ahí… digamos que no son recomendables. Lo bueno que tienen las barritas energéticas es que tienen que poder ser transportables. Su gracia es que puedas hacerlas “monodosis” y se puedan llevar bien en la bolsa sin que se estropeen y sin que se desmonten.
Una de las primeras veces seguí una receta que encontré por ahí, casi escogida al azar de la búsqueda que me devolvió Google. Seguí al pie de la letra la elaboración y no varié lo más mínimo los ingredientes. Pero por más que intentaba pegar la masa de cereales para luego cortarla en forma de barrita, ésta no tenía suficiente consistencia. Era cortar una barrita (si conseguía llegar a cortarla entera sin que se partiera) y tal como la cogía, se deshacía en pegotes.
Tenía que usar algo que, a modo cemento Portland, mantuviera todo el amasijo de cereales bien unido.
¿Y qué puede ser ese ingrediente maravilloso?
¡Claro, el chocolate!
Y no sólo cumple su función de pegar la masa de cereales. También le da un extra de sabor rico rico y energéticamente es un 10. Eso sí, si ya las barritas tenían un aporte calórico importante sin el chocolate, con él, mucho más.
¿Cómo lo hacemos?
Fundimos una cantidad de chocolate y no le añadimos ni leche ni nada, simplemente lo deshacemos.
Cubrimos el bloque de cereales con una capa fina de chocolate, dejando que caiga entre los agujeros. Lo dejamos enfriar y cuando esté totalmente sólido ya podremos cortar bien las barritas sin miedo a que se nos deshagan.
Más fácil imposible. Además lo podemos hacer con diferentes tipos de chocolate, con caramelo o con cualquier ingrediente que solidifique y se mantenga sólido a temperatura ambiente.
Otro día traigo las recetas, nos ponemos el chandal (de tactel y colores flúor, obviamente jajajaja) y ya estamos listos para ir a corretear :)