En casa somos super fans de las croquetas, los niños sobre todo.
En una casa con niños, las croquetas son fundamentales. Me llamaréis exagerada, pero no. Las croquetas tienen muchas virtudes, muchas muchas muchas: son fáciles de preparar, se conservan de maravilla por semanas -e incluso meses- en el congelador, están ricas y, además, puedes hacerlas de lo que te apetezca y por eso, en una casa con niños, las croquetas son fundamentales.
Porque a los niños no siempre les gusta el pescado, pero, ¿cuántos niños le dicen que no a una croqueta? Las croquetas de pescado son una tabla de salvación para madres desesperadas que encuentran en ellas la única manera de conseguir que sus cachorritos coman este alimento.
Trucos para hacer unas croquetas gourmet
Nosotros hacemos siempre las croquetas en casa. Antes las hacíamos a mano; desde que tengo la My Cook, la tarea de hacer la masa de las croquetas es menos gravosa, pero hay que darles forma igualmente y eso es precisamente lo que os quería explicar hoy, ¿Cómo darle forma a las croquetas?
Tenemos varias técnicas:
La que usaba yo hasta hace bien poco: ir cogiendo pedacitos de masa y moldearlas con las manos.
Lento (y pringoso) pero eficaz.
La que usaban algunas abuelas muy mañosas: moldear la croqueta entre dos cucharas.
Mucho más limpio, pero requiere una habilidad especial. Como todo, se trata de cogerle el truco.
La técnica de la manga pastelera.
Se trata de meter la masa de las croquetas ya fría en una manga pastelera. La boquilla de la manga pastelera deberá cortarse de acuerdo con el grosor que queramos que tengan las croquetas.
Colocamos una bandeja amplia con una buena base de pan rallado y creamos tiras largas de masa.
Con la ayuda de una tijera, cortamos las tiras en porciones más pequeñas, del tamaño que queramos que tengan nuestras croquetas.
Ya solo nos queda rebozar cada porción en el pan rallado sobre el que las hemos depositado, pasarlas por huevo y volverlas a pasar por pan rallado.
¿Qué hacemos cuando tenemos la croqueta formada y empanada?
Pues tenemos varias opciones:
Freírlas directamente en aceite bien caliente, si es que queremos consumirlas inmediatamente. Congelarlas.
Esto es lo que más me gusta de las croquetas: las puedes hacer por centenas -vale, estoy exagerando- y guardarlas en el congelador para cuando las necesites.
El día que quieras usarlas solo tienes que sacarlas y freírlas directamente en aceite bien caliente. Si puedes sacarlas un ratito antes para que no estén tan frías y evitar que la temperatura del aceite baje brúscamente al echarlas, perfecto. Pero si no te da tiempo o no has sido previsor, no te preocupes porque te quedaran deliciosas igualmente, ¡como el primer día!
Espero que con estos truquillos, consigáis hacer la croqueta de vuestros sueños :)
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¿Qué tal si hoy viernes cenamos unas deliciosas croquetas?
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