La croqueta es un plato que no suele faltar en ninguna cocina, sea esta la de un bar de tapas o la de un restaurante donde se practica la alta cocina. Y es que la croqueta, de interior cremoso y crujiente exterior, enamora a todo el mundo. En Cocina Casera, la podéis encontrar con numerosos rellenos, elaborados con todo tipo de ingredientes, entre ellas destacar nuestras croquetas de merluza, las croquetas de pollo, y nuestros falafel. A pesar de ser este un plato sencillo, hay una serie de aspectos a tener muy en cuenta si queremos tener éxito, por eso, hoy os compartimos algunos trucos para hacer la croqueta perfecta. ¡No os los perdáis!
Bechamel. El punto clave en la preparación de la bechamel es añadir la harina a la mantequilla una vez que ésta se ha fundido. Cocinaremos la harina un poco para que no quede cruda, pero con cuidado para que tampoco se nos queme. Es muy importante que, mientras hacemos la bechamel, no dejemos de remover en ningún momento, porque es la única manera de obtener una masa sin grumos.
La masa. A la hora de preparar la masa, debemos buscar el equilibrio entre cremosidad y dureza. Cuanto más cremosas son las croquetas, más ricas están, el problema es que si no presentan cierta consistencia, y, en consecuencia, menos cremosidad, costará trabajo darles forma. Para conseguir ese equilibrio, podemos añadir la leche poco a poco, hasta obtener la textura que más nos guste.
El reposo. Si importante es prestar atención al punto de la masa, tan importante resulta otorgar a ésta, una vista lista, un reposo en bloque adecuado. Pero no basta con un pequeño reposo de media hora, lo ideal, si queremos obtener un buen resultado, es que el reposo se lleve a cabo de un día para otro.
Más reposo. Una vez que hemos formado y rebozado nuestras croquetas, es aconsejable dejarlas reposar otros 30 minutos antes de freírlas, de este modo, el pan rallado se secará y nuestras croquetas quedarán más crujientes.
Rebozado. No es necesario rebozar las croquetas en varias capas de pan rallado, con una capa es más que suficiente. El motivo por el que las croquetas se rajan no es porque lleven poco pan rallado, si no porque el aceite no está lo suficientemente caliente, o la masa es demasiado líquida, o las croquetas están demasiado frías, lo que hace que se produzca un choque térmico entre el aceite caliente y las croquetas frías.
Un buen aceite. Elige un buen aceite en el que freír las croquetas. No pienses que cualquier aceite es válido. El mejor es el de oliva, ya que, como te contábamos en nuestro artículo "Los peligros de reutilizar el aceite", es el que resiste mejor las altas temperaturas que se producen durante el proceso de fritura. No tires a la basura todo el trabajo por hacer uso de cualquier aceite.
La fritura. Las croquetas debemos freírlas en un buen aceite que esté bien caliente. Además, las freiremos por tandas para que no se produzca una bajada muy brusca de la temperatura del aceite, lo que provocaría que las croquetas absorbiesen gran cantidad de éste.
Exceso de aceite. Al acabar la fritura, pondremos las croquetas sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
Imagen: Flickr
Fuente: @demoslavueltaaldía