Como quería probar algo distinto, he decidido hacerlas simulando al magnífico postre que es el tiramisú. Así al comer una de estas trufas es como sí estuviéramos comiendo una cucharada de este postre tan delicioso que en casa nos encanta.
Son muy sencillas de preparar y también son perfectas para servir en estas fiestas junto a los turrones. Yo creo que sorprenderéis a más de uno!
A mi me han encantado ya que la mezcla del queso mascarpone con el chocolate blanco le proporciona cremosidad y suavidad a las trufas y además con el toque de café quedan deliciosas!Vamos con la receta, que ya veréis que no os podréis resistir!
Trufas de tiramisúTiempo total: 15 minutos + refrigeración Para 24 trufas
Ingredientes
280gr de chocolate blanco para repostería
1/2 taza de queso mascarpone
2 y 1/2 cucharaditas de vino dulce
1/2 cucharadita de café soluble
40gr de chocolate con lecheElaboración
Disolvemos el café soluble en el vino dulce. Ponemos el queso mascarpone en un bol y lo batimos hasta que se ablande y nos quede cremoso. Reservamos.
Fundimos el chocolate blanco al baño María hasta que nos quede cremoso.
Añadimos el queso y la mezcla de café al chocolate y mezclamos hasta que nos quede una mezcla homogénea y cremosa.
Cubriremos esta mezcla con film de plástico y reservaremos en la nevera toda la noche.
Al día siguiente, rallaremos finamente el chocolate con leche y lo pondremos en una bandeja amplia. Una vez la mezcla se haya enfriado la sacaremos y haremos bolitas de unos 14 gramos cada una. Con la ayuda de una cucharita cogeremos la ganache de tiramisú y con las palmas de las manos formaremos las bolitas. Las rebozaremos con el chocolate rallado.
Podemos colocar cada trufa en papelitos metalizados para darles un toque más navideño! Un consejo que os doy es que a la hora de elaborar las trufas saquéis el queso mascarpone una hora antes para que no esté tan frío, ya que a la hora de mezclarlo con el chocolate blanco, este se enfriará y nos quedaran grumos.
Otro truco es, que si a la hora de hacer las trufas se nos pegan en las manos podemos ponernos un poco de azúcar glas en las palmas y así evitaremos que se nos peguen.
Lo mejor es comernos las trufas el mismo día pero si nos sobran algunas (cosa que dudo) podemos guardarlas en un recipiente hermético en la nevera hasta diez días. Pero al comerlas, es mejor tomarlas a temperatura ambiente ya que en frío no tienen ni la textura ni el sabor ideal.
Espero que os gusten!
Un saludo.
Elena.