A mí me encantan las verduras a la plancha, crujientes y llenas de sabor. Pero les encuentro una pega y es que hay que hacerlas y comerlas para que estén calentitas, tersas y crujientes y una no siempre puede cocinar al momento. Por ejemplo, cuando necesitamos llevar la comida a la oficina en un táper.
Para esas ocasiones me encanta convertirlas en una especie de pastel de verduras que esta vez he llamado simplemente verduras gratinadas aunque lo que se gratina es sólo la capa superior.
He elegido para este primer plato saludable verduras de la huerta que en este momento aún están de temporada: calabacines, patatas y berenjenas. Los calabacines se están terminando ya, aunque las plantas aguantan con algunas flores; veremos a ver si consiguen dar fruto. Las patatas son aún las que recogimos en verano que se conservan en plena forma en el trastero, mientras que las berenjenas están en su esplendor ahora mismo, con las matas llenas de esas flores de color precioso, regalándonos aún su maravilloso fruto cada semana. Espero que aguanten, al menos, un mes más.
Si ves una mata de berenjenas en este momento, entiendes perfectamente eso de "color berenjena". Me encantan.
Sin embargo, podéis hacer esta receta con cualquier verdura que os apetezca o esté de temporada en cada momento, esa es la gran ventaja.
He decidido, porque me encanta por su cremosidad y porque adoro cualquier tipo de queso, usar la técnica de las berenjenas a la parmesana y añadir al plato varios tipos de queso.
Receta de verduras gratinadas
(para una fuente como la que veis en la imagen, de tamaño individual)
1 berenjena pequeña
1/2 calabacín
1 patata
1 bola de mozzarela fresca, cortada en rodajas.
30 g. de queso parmesano cortado en lonchas finas
4 cucharadas de tomate frito
1 cucharada de queso rallado
sal
Pelamos las hortalizas y las cortamos en rodajas finas, de 1/2 dedo, aproximadamente.
Si lo prefieres, puedes dejar la piel, pero asegúrate de lavar bien las hortalizas, especialmente si no son de cultivo ecológico, para eliminar los restos de pesticidas que puedan tener.
Salamos bien la berenjena y la dejamos reposar una media hora, para que no amargue. Pasado el tiempo, no nos olvidaremos de lavar la berenjena bajo el grifo para eliminar el exceso de sal.
Colocamos las rodajas de todas las hortalizas en una fuente de horno, extendidas, y las asamos durante media hora a temperatura media.
Montamos nuestro pastel en una fuerte apta para horno, como esta que os muestro en las fotos, de la tienda online Ohgar. Venía en un juego con otra más grande, tamaño familiar, para que podamos elegir cuál nos viene mejor en cada momento.
Si aún no conocéis la tienda online Ohogar, pasaos a visitar su página web porque sus precios son realmente de volverse loco y tiene unas colecciones de menaje preciosas para darle vida a nuestras mesas.
En el fondo de la fuente extendemos una cucharada de tomate frito y sobre él, una capa de patata, otra de mozzarella, calabacín, queso parmesano y berenjena. Y volvemos a comenzar con tomate frito, patata, mozzarella, calabacín, queso parmesano y berenjena. Hasta llenar la fuente hasta arriba.
Terminaremos cubriendo la superficie con tomate frito y espolvoreando con el queso rallado.
Horneamos las verduras durante 15-20 minutos más, a 180ºC, calor arriba y abajo, hasta que el queso se haya gratinado.¡Listo para llevar a la mesa! Porque la fuente de Ohgar es tan bonita, que se puede servir directamente en ella. Además, mirad qué precio... irresistible. Como este plato tan saludable a base de verduritas que os he traído hoy, no os quejaréis.
Además, ya os he dicho que es ideal para el táper: si os sobra un poco o si hacéis de más adrede, lo metéis en un táper de cristal y os lo lleváis cualquier día a la oficina, ¡comeréis como reyes!
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