Podéis hacerla para cenar, para una fiesta, que os ayuden ellos a hacerla en casa… Estamos seguros de que la devorarán.
Es verdad que en nuestra casa el brécol es uno de esos ingredientes estrella que sabemos que siempre será bien recibido en el plato por nuestros hijos. Les gusta de cualquier forma: hervido, al vapor, a la plancha, con pasta, con arroz…y eso hace que sea muy fácil cocinar para ellos, porque actualmente comen casi de todo.
Hay algunos ingredientes que se les resisten, como la lechuga o las aceitunas, pero poco a poco estamos logrando que los prueben en distintas recetas, y está claro que educar el paladar es el primer paso para lograrlo.
La pizza es uno de esos platos que gustan prácticamente a todos los niños. Es fácil de comer, y con nuestra receta es un plato sano y muy completo.
Nuestro secreto está en la masa. Sí, nunca mejor dicho. La masa que hacemos para las pizzas es muy completa y mezcla diferentes tipos de harina integral, lo que la convierte en una fuente extraordinaria de fibra. Además, como podéis ver en los ingredientes, para hacer una pizza usamos cantidades muy pequeñas y queda una pizza bastante grande.
Esta vez hemos apostado de nuevo por las verduras congeladas continuando con la acción Mi Verdura Congelada, de la Asociación Española de Fabricantes de Vegetales Congelados (ASEVEC). Y os aseguro que no podemos estar más satisfechos.
Verduras de calidad, con todas sus propiedades intactas, perfectamente preparadas y envasadas para cocinar en pocos minutos, sin necesidad de tener que prepararlas ni lavarlas…Una alternativa de diez para papás y mamás ocupados, que tienen muy poco tiempo para cocinar y que no quieren renunciar a comer bien y sano.
Vamos al lío!
Necesitamos:
Masa 5 harinas
1 cucharada colmada de harina integral de espelta
1 cucharada de harina de centeno
1 cucharada de harina de maiz (no es lo mismo que la maicena)
2 cucharadas de harina integral de trigo
2 cucharadas de masa madre casera
1 chorro de Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
1 pizca de sal Maldon
1 pizca de pimienta negra recién molida
½ vaso de agua con gas
1 cuña de Queso Arzúa-Ulloa (algo más si lo devoras como nosotros)
1 cuña de Queso San Simón
Brécol
Coliflor
Judías
Zanahorias baby
Preparación:
La cantidad de verdura dependerá de lo llena que quieras la pizza. Intenta que no queden huecos muy grandes vacíos, pero tampoco la amontones, porque no queda tan espectacular.
Empezamos con la masa. Echamos, siguiendo el orden que os hemos dado las harinas, el aceite, la sal, la pimienta y el agua con gas. Amasamos bien hasta que estén todos los ingredientes perfectamente integrados.
Hacemos una bola y dejamos reposar en un bol tapado con un paño, entre 30 minutos y 1 hora.
Extendemos bien ayudándonos de un rodillo, podéis darle forma redonda, cuadrada, rectángular… y empezamos a cubrirla con los ingredientes de la receta.
Primero esparcimos bolitas de queso Arzúa-Ulloa y queso San Simón rallado. Son quesos que funden muy bien, cubriendo toda la base de la pizza y dan un sabor extraordinario. Pero podéis hacerlo con otro queso que tengáis en casa.
En nuestra nevera la zona de los quesos siempre está repleta de pequeñas joyas, porque nos encanta!
Mientras hacemos esto, aprovechamos para hervir las verduras congeladas.
Para esta receta hemos seleccionado brécol, coliflor, judías y zanahorias baby. Las vamos a dejar al dente, un poco duras, para evitar que queden demasiado cocinadas después de meterlas en el horno. Con 12 minutos, aproximadamente, es suficiente.
Importante: una vez hervidas cortamos la cocción pasándolas por agua fría.
Las dejamos escurrir muy bien.
Las colocamos estratégicamente sobre la base de la pizza y el queso, intentando que vayan verduras en todos los trocitos que vayamos a hacer, así que sed generosos.
Pulverizamos AOVE sobre ellas y más queso San Simón rallado.
Metemos al horno precalentado a 220º (con ventilador) Si vuestro horno no tiene ventilador, seguramente tardará unos minutos más en hacerse. Sacadla cuando se empiece a dorar por los bordes. Tarda alrededor de 10 minutos.
Un TRUCO: nosotros metemos la pizza sobre una bandeja metálica que está caliente dentro del horno, así queda mucho más crujiente.
Cuando la pizza está dorada por los bordes, la sacamos y espolvoreamos con escamas de pimentón dulce ahumado.
Para los mayores, es un sabor que a algunos niños no les entusiasma, queda muy bien 1 chorrito en crudo de AOVE con sabor a ajo. Mmmmm. Os chuparéis los dedos.
Os aseguro que va a ser un éxito, cada bocado está lleno de sabor…Creo que me voy inmediatamente a hacer otra…y si sobra (lo veo difícil) sigue estando igual de rica fría para el desayuno o la media mañana de los niños.
Espero que os guste esta propuesta! No dejéis de comentar que me hace muy feliz leeros!!!
Un saludo
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