Ya está aquí el fin de semana, y como no vuelvo hasta el lunes os dejo una receta que es un poco larga y así tenéis tiempo de mirarla con calma. No es que sea muy complicada pero he intentado dejar todos los pasos lo mejor explicados que he podido.
Una vez más es un plato de pescado porque como no me gustó durante tantos años, le he cogido el gusto y me atraen cada vez más que la carne. Hace unos años no había nada mejor para mí que un buen solomillo muy poco hecho, carnaza a tope, jajaja, pero se van aprendiendo cosas sobre como deber ser una alimentación sana y equilibrada y poco a poco vas limitando las carnes rojas. Tampoco hay que comer demasiado cerdo a la semana, y al final te va quedando el pollo y el pescado. Y el pescado da mucho juego, engorda menos y francamente, hay platos impresionantes. Todo es ponerse y probarlos.
Estas albóndigas están deliciosas, no digo más!
Ingredientes:
- 500 gr de merluza
- 100 gr. de gambas
- 6 palitos de cangrejo
- 1 huevo
- 1 rebanada de pan de molde remojada en leche
- perejil picado
- 1 cebolla
- unas hebras de azafrán
- 1 vasito de vino blanco
- 1 cucharada de harina
- harina para rebozar
- aceite de oliva virgen extra
Elaboración:
1. Hervimos la merluza en una olla con agua, sal y unas gotas de aceite de oliva. Este caldo lo necesitaremos para hacer la salsa, así que por lo menos ponemos un litro de agua. Dejamos que se haga unos 10-15 minutos.
2. Sacamos el pescado a un plato y lo dejamos enfriar para quitarle piel y espinas si las tuviera. Reservamos el caldo.
3. En un bol ponemos la merluza desmenuzada, las gambas troceadas muy menudas, los palitos de cangrejo también picados, la rebanada de pan escurrida de la leche, un huevo y perejil picado. Sazonamos con una pizca de sal y mezclamos todo.
4. Hacemos las albóndigas y las enharinamos ligeramente. Las reservamos en un plato.
Al ser de pescado es un poco más complicado hacerlas, pero el truco está en trabajar con las manos húmedas, sin restos de harina para que no se quede la masa pegada a los dedos. Estrújalas en la palma de la mano para hacer la albóndiga y luego rebózala ligeramente en harina, pasa las manos debajo del grifo para quitar todo resto de harina y continúa con las demás.
5. En una cazuela ancha hacemos la salsa sofriendo primero una cebolla picada y unas hebras de azafrán (6 o 7).
6. Cuando la cebolla esté transparente añadimos una cucharada de harina. Yo utilizo algo de lo que sobra de rebozar las albóndigas, porque además siempre quedan restos de gambas o palitos y así se aprovecha todo.
7. Tostamos la harina unos minutos y añadimos el vino blanco.
8. Empezamos a echar el caldo de hervir la merluza poco a poco, removiendo para integrarlo bien hasta que quede una cantidad de salsa suficiente para hervir las albóndigas. No tires todavía el caldo que sobra por si luego lo necesitas.
9. Metemos las albóndigas en el caldo y las hacemos a fuego lento unos quince minutos. Como ves, no las hemos frito antes, así que el plato es mucho más ligero.
Es importante mover la cazuela con movimientos de vaivén, no intentes darles la vuelta porque se rompen muy fácilmente. Como llevan también harina es posible que la salsa engorde demasiado por lo que echaremos mano del caldo que hemos reservado para que no quede demasiado espesa.
Y esto es todo hasta el lunes!
¡Que tengáis un buen finde!