Quiero comer más pescado, pero aquí en tierras de vikingos hay muy poca variedad, por las bajas temperaturas del agua del mar. Lo común es el arenque, el bacalao y el salmón, y todo el mundo sabe que comer siempre lo mismo, cansa. Así que cuando encontré por casualidad otro tipo de pescado, me lo llevé sin apenas mirar a ver qué era. Era bacaladilla, también conocida como lirio. Pero para esta receta podéis usar otros pescados blancos, como la dorada, el lenguado o el gallo. No solo tienen un contenido muy bajo de grasas, sino que además tienen un sabor suave y, con la técnica del papillote, quedan muy jugosos.
El papillot o papillote es una técnica de cocina muy cómoda; se hace un paquete con los ingredientes y se cocinan en su propio jugo y en el propio vapor interno del paquete, de forma que se conservan mejor los sabores y las vitaminas de los ingredientes y se evita que se sequen. Se puede usar papel de plata o papel sulfurizado.
La receta de hoy es de aprovechamiento; surgió porque tenía verduras frescas ya partidas que me habían sobrado de otra receta y las quería reciclar. Es importante que las verduras se corten con grosor similar, para que se cuezan a la vez. Con estas cantidades, comen dos personas.
150 g de pescado blanco (bacaladilla/lirio, pescadilla, dorada...)
5 dientes de ajo
1-2 cucharadas de aceite de oliva
Sal y pimienta
Opcional: 1 cucharada de vino blanco
Guarnición: (Se puede aprovechar lo que tengas. Yo le suelo poner lo siguiente)
4 patatas nuevas, unos 200 g
1 zanahoria mediana
1 cebolla morada
1/4 pimiento verde
1/4 de pimiento rojo
(Y también tenía algún trozo suelto de cebolleta, calabacín y berenjena)
La preparación:
1. Cortamos las patatas en rodajas de unos 2 mm de grosor y las distribuimos sobre el papel de plata en la base de un recipiente apto para horno o en la bandeja del horno.
2. Repartimos el pimiento, la cebolla, la zanahoria y cualquier otra verdura que queramos añadir.
3. Colocamos los filetes de pescado en el centro.
4. Repartimos el ajo cortado en lonchitas. Rociamos el pescado con el aceite y, si queremos, con el vino blanco. Espolvoreamos con sal y pimienta al gusto.
5. Cubrimos con papel de plata y sellamos bien los bordes por todo para que no se escape el vapor.
6. Cocinamos durante 30 minutos en el horno precalentado a 180º. La patata estará cocida y el pescado jugoso y sabroso.
¡Buen provecho!
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Bergua*