Cada vez me gusta más el pescado. Todos me encandilan en sus preparaciones. Los pescados a la plancha con un buen género fresco son la mejor baza, pues no necesita más preparación.
Los boquerones y los salmonetes me encantan fritos y los pescados más grandes al horno son una delicia.
Siempre se ha dicho que las salsas se utilizan para enmascarar la calidad de un pescado, pero en el caso de un bacalao esto no se cumple. De hecho, aunque esta receta la podéis elaborar con bacalao desalado, yo la he preparado con bacalao fresco. Este pescado tan blanco, con su carne tan apretada y que se abre en lascas está rico en mil preparaciones: preguntadles a los portugueses!!
Para 4 personas:
4 lomos de bacalao, desalado o fresco
250 g de langostinos
1 cebolleta
1/2 vaso de zumo de naranja
200 mL de nata (crema de leche) líquida
harina
1/2 sobre de levadura tipo Royal
5 cucharadas de salsa de tomate
aceite de oliva
salEn una cazuela se sofríe en un poco de aceite de oliva la cebolla picada. Se pone en un plato la harina mezclada con la levadura y se enharina el pescado.
Se pasa a la cazuela de la cebolleta y se deja unos minutos. Se le da la vuelta. Se reserva en una fuente de horno.
Se añade el vino blanco a la cazuela, se deja reducir el alcohol y se vierte el tomate en salsa. Se remueve. Se añade la nata (crema de leche) líquida y el zumo de naranja. Se salpimenta y se deja cocinar unos instantes.
Se añade la salsa sobre el bacalao. Se introduce en el horno precalentado a 180º C con calor arriba y abajo unos 15 minutos.
Se pelan los langostinos y se esparcen sobre el bacalao cuando queden unos 5 minutos de horno.
Se presentan los lomos con la salsa con un poco de perejil y yo les añadí unos brotes de alfalfa.