El bacalao es un plato que triunfa tanto entre los fans del pescado como entre los incondicionales de las carnes. Y es que este rico pescado, antes plato de pobre y hoy plato distinguido en cualquier mesa, tiene un sabor característico y una textura tan melosa que lo hace irresistible.
La Rioja, tiene una gran variedad de platos de pescado entre sus especialidades, a pesar de ser una tierra de interior. Además tenemos la suerte de disponer de una riqueza inmensa de toda clase de hortalizas a lo largo de todo el año. Cuando no disponemos de las verduras de temporada, podemos recurrir a las conservas tanto caseras como comerciales que nos permiten elaborar nuestros platos preferidos todo durante todo el año con una calidad excelente.
Ingredientes para 4 personas:
800 g de bacalao desalado
1 cebolla mediana
una hoja de laurel
dos o tres ajos
tomate frito ( ver receta de tomate frito casero )
200 g de pimientos del piquillo o pimiento rojo asado (puede ser también de conserva)
2 pimientos dulces secos (en el supermercado se encuentra con las especias y condimentos)
aceite de oliva virgen extra para freír
harina de trigo para rebozar
salEmpezamos cortando el bacalao a trozos pequeños para poderlo freír mejor. Lo pasamos por harina, sin echarle sal puesto que ya lleva, y lo freímos en la sartén o cazuela en abundante aceite de oliva. Si no se hace bien de dentro, no importa porque luego se nos acabará de hacer en el caldo. Lo resevamos.
Cortamos la cebolla finita y la sofreímos en el mismo aceite que hemos frito el bacalao, junto con los ajos y la hoja de laurel. Cuando se empieza a dorar la cebolla, añadimos el tomate frito y lo reducimos durante un minuto. Añadimos los pimientos cortados a tiras y lo dejamos reducir durante tres o cuatro minutos. Apartamos la satén del fuego.
Ponemos un cazo al fuego y, cuando hierva, añadimos los pimientos secos y lo sacamos del fuego. Dejamos que repose unos cinco minutos para que se hidrate el pimiento. Mientras tanto, colocamos los trozos de bacalao encima del sofrito que tenemos reservado , luego añadimos los pimientos secos por encima y añadimos un poco del caldo en el que hemos hidratado los pimientos secos. Movemos un poco el fondo para que penetre el caldo, tapamos y bajamos el fuego. Lo dejamos de cinco a diez minutos a fuego lento, pero hierviendo con un chup chup lento. Lo probamos y rectificamos de sal, si es necesario. Pasado este tiempo, ya sólo nos queda servirlo.
El plato mejora si se hace de un día para otro, aunque está riquísimo ya en este mismo momento. Esta es una de esas recetas que nos permite tener la comida preparada el día anterior y, además, se hace en poco tiempo. Se puede preparar en 30 minutos aunque no lo parezca.
Para servirlo, podemos tanto presentarlo a la mesa en la misma cazuela o sartén donde lo hemos cocinado como disponerlo en una bandeja. Cada uno elige si saca la bandeja de los domingos o lo presenta como un guiso de lo más tradicional. Os dejo otra idea de presentación.
Ya sabéis que si os gustan mis recetas, podéis seguirme en Facebook (click aquí) y también en mi Blog Anna recetas fáciles. Gracias por haber llegado hasta aquí. Espero vuestros comentarios y me encantaría que me contarais vuestra experiencia cuando pongáis en práctica alguna de las recetas de este blog.