Cuando era pequeña, existían fronteras, y en mi caso pasar a Portugal era una aventura, enseñar los pasaportes, cambiar la moneda, era maravilloso.
Cuando era pequeña, me encantaba ir a Elvas, la ciudad cercana a casa y pasear por sus calles, escuchar el sonido de otro idioma, comprar "papousecos", unos panecillos pequeños que en casa de mi madre se siguen apoderando del protagonismo cuando hablamos de bocadillos o tostadas para desayunar, y cómo no, ir aun restaurante típico que aún perdura (EL CRISTO), y comer unas almejas, una zapateira y el maravilloso BACALAO DORAO o BACALAO A BRÁS. Os aseguro que ninguno de los tres hermanos protestábamos por comer pescado, ya que es una receta que cautiva a grandes y pequeños.
El bacalao debe estar desalao, y la verdad es que puede llegar a ser un poco pesado sino tenéis mucho tiempo y queréis cenar el bacalao esa misma noche en la que se os ha antojado. En todos los supermercados hay bandejas muy asequibles de precio y el bacalao está troceado en laminas pequeñas, y lo mejor de todo, ya está desalao.
1 paquete patatas pajas o 3 patatas medianas
200gr de bacalao desmigao
2 cebollas grandes
4 huevos
Aceite
Perejil
Aceitunas negras
Sal y pimienta negra
Lo ideal es hacerlo con patatas frescas. Para ello lavamos, y pelamos las patatas y con una mandolina las cortaríamos a la paja. Luego las freiríamos en aceite muy caliente y reservaríamos.
Como es un trabajazo, la verdad, si no tenemos mucho tiempo, como es mi caso, se trata de buscar una formula para cenar un gran bacalao dorao sin demorarnos más de media hora en hacerlo.
Recurrimos a las patatas de paquete. Os aseguro que el resultado es magnífico, y si las trabajamos bien, nadie notará que no son frescas.
Lo primero que hacemos es batir los huevos y poner las patatas dentro, de tal forma que vayan perdiendo su rigidez y se queden blanditas.
Vamos picando la cebolla y la freímos en el aceite, y cuando esté tierna, añadimos el bacalao.
Ahora sólo queda añadir el huevo y las patatas, echar sal y pimienta, y dar un par de vueltas.
Os recomiendo apagar el fuego y dejar que el huevo se cuaje con el calor residual de la sartén, porque lo ideal es que el huevo quede suelto.
¿Veis la foto ?. Pues para mi gusto es el punto ideal, ahora fuera del fuego dejar que se cuaje.
Solo queda emplatar, espolvorear un poco de perejil por encima y añadir unas aceitunas negras por encima.
Casi todos los días, acudo a una cafetería portuguesa en Barcelona que se llama "Amalias", a tomar el café de descanso durante las horas de trabajo, y tengo que reconocer, que me entró el gusanillo al ver que lo servían a los clientes en el almuerzo.
Espero pasar el visto bueno de éstos amigos portugueses. Y si antes de hacerlo lo queréis probar, pasad por "Amalias" en Barcelona y descubriréis la esencia de un plato típico de nuestra hermana Portugal.
BUEN FIN DE SEMANA