Hace ya algunas semanas que tenía ganas de probar esta receta. He visto bizcochos de calabacín con chocolate, con nueces, con plátano, con quinoa, con zanahoria, con limón… La lista de combinaciones es interminable.
Lo cierto es que tenía un poco de miedo de hacerla porque, desgraciadamente, uno de mis conejillos de india para las recetas es mi hermano y sabía que en cuanto dijese que el bizcocho llevaba calabacín no querría probarlo.
Al final, él no lo ha probado pero el resto de la familia sí y… le damos muy buena nota al resultado. Yo me he decidido por un bizcocho de calabacín con nueces troceadas. Me parecía la opción más sencilla y en la que me arriesgaba menos. Ya experimentaré con otras combinaciones de sabores más adelante.
Me ha resultado muy curioso que al hornear el bizcocho, la piel esa finita que tienen las nueces se ha puesto muy oscura. No sabe a quemado porque no es quemado, pero no soy capaz de explicar qué provoca este cambio de coloración. Es gracioso porque al ver las fotos puede parecer que lleva pasas o algo así, pero no, son las pielecitas de las nueces. Muy raro y muy curioso.
En fin, que me ha gustado la experiencia de utilizar verduras para preparar un bizcocho y ahora tengo la maravillosa sensación de que he ampliado aún más mi abanico de opciones e ingredientes para la repostería. Os animo a probar la receta, se obtiene una miga muy jugosa y esponjosa y la combinación con los frutos secos es estupenda.
No tengo referencias para indicar el origen de la receta pues hace ya tiempo que apunté las cantidades en un post-it, pero si doy con el enlace actualizaré la publicación indicándolo.
Bizcocho de calabacín (Zucchini Bread)
Prep: 20 min, Horno: 40-50 min, Raciones: 8-10, Dificultad: Baja
Ingredientes:
2 huevos
3/4- 1 taza de azúcar (165-220 gr)
½ taza de aceite de oliva suave (o aceite de girasol) (120 ml)
1 taza de harina (120 gr)
1 cucharadita de canela
1 cucharadita de bicarbonato
½ cucharadita de levadura química
1 pizca de sal
1 cucharada de extracto de vainilla
1 taza de calabacín rallado (1 calabacín mediano)
½ taza de nueces picadas (1 puñado generoso)
Elaboración: (para un molde de 20x10x7cm)
Poner a precalentar el horno a 180ºC. Forrar o engrasar el molde.
Pelar el calabacín y rallarlo en un bol o plato hondo. También se puede cortar en juliana muy fino. Reservar.
En un recipiente grande batir los huevos el azúcar hasta obtener una mezcla espumosa y blanqueada. Añadir la vainilla y el aceite. Mezclar bien.
Incorporar los ingredientes secos en dos o tres veces (la harina, la canela, el bicarbonato, la levadura y la sal). Mezclar bien hasta obtener mezcla homogénea.
Por último, escurrir el calabacín para retirar exceso del agua que suelta al haberlo rallado e incorporar al recipiente grande. Añadir también las nueces picadas. Remover hasta integrar todos los ingredientes.
Verter la mezcla en el molde y hornear durante 40-50 minutos a 180ºC. Opción calor abajo-arriba, bandeja en posición inferior. Dejar enfriar en el molde durante unos 10 minutos, luego desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Notas:
> Si el bizcocho se empieza a poner demasiado dorado podemos cubrirlo con papel de aluminio hasta que termine de hornearse.
> Si queréis que el bizcocho tenga esa típica costra dulce de algunas magdalenas sólo tenéis que espolvorear 2-3 cucharitas de azúcar sobre la mezcla del bizcocho justo antes de meterlo en el horno.
> Recordad que todas mis recetas están elaboradas en un horno de 45cm de alto. Es posible que los tiempos de horneado varíen un poco en hornos más grandes.
> Para hornear siempre es preferible colocar el molde sobre una rejilla y no sobre la bandeja de horno, ya que así se favorece un reparto del calor más homogéneo.
> Yo he utilizado el calabacín que veis en la foto de los ingredientes, pero los calabacines verdes también son igual de buenos para esta receta.
> En algunas recetas he leído que el calabacín no se pela. Yo lo he pelado por miedo a que la cáscara diese al bizcocho cierto amargor.