El color de este bizcocho es precioso, la textura densa y el sabor muy especial.
Primera vez también para probar el anís en repostería, increíble cómo combina con el aroma a limón y la mantequilla. Y digo mantequilla porque ni en Madrid ni en tiendas online he conseguido manteca de vaca. Si alguien sabe cómo conseguirla que me lo diga por favor.
Es que es escuchar Galicia y me arrebata la morriña.
Ingredientes para un molde metálico de aro de 20 cm de diámetro:
4 huevos medianos
125 g de manteca de vaca o buena mantequilla
110 g de harina gallega amarilla de maíz
110 g de harina de trigo corriente
150 g de azúcar
1 cucharada de anís (licor)
Ralladura de medio limón
Preparación:
Separamos los huevos en claras y yemas, montamos las claras a punto de nieve con unas varillas eléctricas o manuales, reservamos.
Batimos la mantequilla o manteca ablandada con el azúcar hasta que blanquea, añadimos las yemas, la ralladura de limón y el anís.
Añadimos las harinas alternando cucharada a cucharada y mezclando hasta que se integran. Ahora añadimos las claras montadas usando una espátula de silicona y con movimientos suaves de arriba abajo lo justo para que se incorporen.
Engrasamos el molde, añadimos la mezcla y lo cocemos en el horno a 200ºC con calor arriba y abajo sin aire durante 35 minutos. Comprobamos si está hecho pinchando con un palillo y verificando que sale seco. Si no está listo lo dejamos 5 minutos más y comprobamos hasta que esté cocido.
Lo dejamos enfriar sobre una rejilla, desmoldamos dando la vuelta al molde y a disfrutar.
Podemos espolvorear con azúcar en polvo, a mi no me dio tiempo porque voló. Es un bizcocho diferente, muy adictivo debo decir, querrás más.
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