Para empezar a darles salida, decidí preparar un bizcocho y, curiosamente, había visto una receta muy rica en un especial postres de la revista Lecturas, así que me puse manos a la obra y éste fue el resultado:
BIZCOCHO DE MANZANA AL BRANDY
2 ó 3 manzanas tipo Reineta; 1/2 vaso de brandy; 200 grs de harina; 1 cucharadita de levadura; 4 huevos; 200 grs de azúcar; 200 grs de mantequilla; 6 cucharadas de mermelada de melocotón.
Comenzaremos pelando las manzanas, quitándoles el corazón y cortándolas en finas láminas. Las ponemos en un bol con el brandy y las dejamos macerar unos 30 minutos aproximadamente.
Separamos las claras de las yemas y mezclamos estas últimas con el azúcar en un bol aparte, haremos esto a mano, con ayuda de una varilla, hasta obtener una mezcla homogénea. Añadimos ahora la mantequilla ablandada, sin llegar a estar derretida y batimos bien. Añadimos la harina tamizada y la levadura. Amasamos bien hasta que se mezclen bien todos los ingredientes.
En un bol aparte montamos las claras a punto de nieve con una pizca de azúcar. Una vez listas, las añadimos a la masa anterior, siempre con una cuchara de metal y con movimientos envolventes de abajo hacia arriba para evitar que las claras pierdan volumen.
Cubrimos un molde con papel de horno, o bien lo engrasamos con mantequilla para evitar que se nos pegue el bizcocho y añadimos la mitad de la masa. Ponemos entonces la mitad de las manzanas bien distribuidas y cubrimos con el resto de la masa, repetimos la operación con las manzanas, pero poniendo más cuidado, ya que esta será la parte visible de nuestro bizcocho.
Metemos al horno precalentado a 180º durante 50-60 minutos aproximadamente, en mi caso hicieron falta los 60 minutos. Ya sabéis que para saber si el bizcocho está listo, sólo tenéis que meter un palillo y si sale limpio, estará en su punto, si no, necesita un poquito más de horno. Ojo, nunca abrir el horno en la primera media hora de cocción.
Una vez listo dejamos enfriar y cuando esté templado, pincelamos con mermelada de melocotón previamente calentada para darle ese brillito tan rico.
Ahora queda lo más interesante: ¡Comerlo!
¡Feliz Puente!