Después de más de 30 bizcochos publicados en el blog, éste que os traigo hoy tiene algo muy especial. Éste es, por excelencia, el bizcocho de las panaderías de la zona, el bizcocho de mi niñez y el de la de muchos. Ese bizcocho que venden en casi todas las panaderías y pastelerías de la zona. Un bizcocho que yo siempre lo he visto en formato redondo, más pequeño y algo más alto, que el que yo he hecho, metido en bolsas de plástico sobre el mostrador de los obradores. Aunque también se vende en formato grande por encargo. Hace años lo hice por primera vez, pero perdí la receta. Y el año pasado, Carlos Dube, lo publicaba en su blog, realizado magistralmente por su hermano, colaborador ocasional de su blog, Mercado Calabajío. Ellos le daban el nombre cariñoso de bizcocho de Motril, aunque realmente yo no se si tiene otro nombre. Yo creo que se comercializa como bizcocho a secas. Se quedó la receta en la carpeta de pendientes, hasta que un acontecimiento me hizo precipitar la ejecución de la receta. Como os he dicho son más de 30 bizcochos los publicados en mi blog, pero de ellos, mi hijo Hugo no se ha comido ninguno, ni siquiera lo ha probado. Pero el día de fin de curso encargamos uno grandísimo, en formato rectangular, para que todos los niños desayunasen en clase, concretamente de Panadería Los Tolinos de Salobreña, donde lo hacen riquísimo, y vi como Hugo se comía un trozo enorme sin rechistar. Pensé que el pobre se lo tomaba porque no había otra cosa para el desayuno. Pero días después, en una comida entre amigos, una amiga de Lobres (Salobreña) trajo otro de una panadería de allí, esta vez casi en el mismo formato que he hecho yo. Le ofrecí a Hugo un trozo para merendar y se lo comío, pero luego vino hasta cuatro veces más a por otro trozo, por lo que deduje que bastante la había gustado. Así que no he encontrado otro momento más idóneo para prepararlo. La receta sale clavada, es el mismo sabor a los que se comercializan, igualito....El hermano de Carlos monta claras y yemas a mano, aunque yo las claras si que las he montado con la Kitchen Aid, mi brazo me lo ha agradecido. Por lo que podéis usar vuestra batidora de varillas para estos menesteres.
INGREDIENTES:
100 gr. de harina común
100 gr. de Maizena
6 huevos medianos o 7 pequeños (cuanto más frescos mejor, y si son ecológicos aún mejor)
185 gr. de azúcar
8 gr, de levadura química (es otra opción prescindir de ella, pero si no tenéis ningún tipo de intolerancia a ella, mejor ponérsela para asegurar el resultado tan esponjoso).
Una pizca de sal
Unas gotas de zumo de limón
PREPARACIÓN:
Precalentamos el horno a 190º mientras preparamos el bizcocho. Separamos las claras de las yemas con mucho cuidando, poniendo en un bol cada una de ellas. A las yemas le añadimos el azúcar y batimos con un tenedor durante un buen rato hasta conseguir una textura aterciopelada y se formen hilos al levantar la mezcla con el tenedor. Reservamos. En otro bol montamos las claras, junto con una pizca de sal y unas gotas de zumo de limón. Yo, como he dicho antes con la Kitchen Aid, podéis hacerlo con las varillas, y si tenéis ganas de un desafío podéis hacerlo a mano. Lo que si está claro, que las montemos de la forma que sea, éstas tienen que estar bien montadas, comprobando que al darle la vuelta al bol éstas no se muevan.
Una vez montadas las claras, añadimos cucharones de claras sobre las yemas, y con la ayuda de una lengua de silicona vamos integrando con movimientos circulares y envolventes hasta integrar todo sin bajar, seguimos añadiendo poco a poco las claras hasta acabar con todas las claras. Una vez todo integrado añadiremos la mezcla que tendremos preparada de harina, Maizena y levadura. Iremos añadiendo esta mezcla con un tamizador o colador e integrando de nuevo todo con la lengua de silicona.
Integrado todo, preparamos el molde, el mío de 20 cm. de 10 cm. de altura, aunque Carlos lo hizo en uno tipo plum cake. Engrasamos éste, yo con spray desmoldante, y vertemos la mezcla. Horneamos los primeros diez minutos a 190º y después bajamos a 180º, hasta que al pinchar con una brocheta ésta salga limpia. Yo lo tuve 35 minutos más, en total 45 minutos. Sacamos, esperamos unos diez minutos antes de desmoldar y después de desmoldar dejamos enfriar sobre una rejilla.
Como veis es un bizcocho que carece de materia grasa, muy ligero, puede parecer algo seco, pero, por lo general gusta muchísimo.
Aquí os dejo con la foto de Hugo y su bizcocho.
Feliz fin de semana.
Lidia.