Este bizcocho es delicioso y esponjoso, y se prepara enseguida, así que resulta ideal para el desayuno o la merienda.
Si tenéis peques como yo en casa, seguro que les va a encantar.
Ingredientes:
200 ml de nata (crema de leche)
3 huevos
200 gr de azúcar
1 cucharadita de azúcar vainillado (la podéis sustituir por ralladura de limón)
200 gr de harina
8 gr. de levadura en polvo (1/2 sobre)
Azúcar glass para espolvorear (opcional)
Preparación:
Aquí podéis ver el paso a paso en vídeo:
En un bol batimos los huevos, junto con el azúcar y el azúcar avainillado, hasta duplicar su volumen.
A continuación añadimos la nata (crema de leche), y seguimos batiendo.
Por último, añadimos la harina y la levadura tamizadas, y batimos hasta conseguir una mezcla homogénea, sin grumos.
Precalentamos el horno a 180º.
Engrasamos un molde con mantequilla y harina (yo en mi caso he empleado uno de silicona, por lo que sólo le he extendido con un pincel un poco de aceite de girasol), y vertemos la mezcla.
Yo suelo ponerle un papel de horno por encima, como un sombrero, y sacárselo 5 minutos antes de quitar el molde del horno, para que se dore por arriba.
Metemos en el horno el molde, y lo dejamos durante aproximadamente unos 35 minutos (si ponéis el papel albal, acordaros de sacárselo pasados 30 minutos).
Pasado ese tiempo comprobamos si ya está: pinchamos con un palillo el centro y, si sale limpio, es que el bizcocho ya está listo.
Lo sacamos del horno y cuando esté frío lo desmoldamos.
Sólo nos queda espolvorear por encima con azúcar glass, y ya lo tendremos listo para comer!!!!
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