Porque no solo de experimentos raros vive la cocina, hoy os traigo una de esas recetas básicas que preparo en casa y que tiene un resultado delicioso. La receta es la clásica de yogur en la que potenciamos el sabor del limón añadiendo zumo de esta fruta a la masa. Además, añadimos un toque de ralladura de limón sobre el glaseado de chocolate blanco, lo que le añade más intensidad. El resultado es delicioso para los amantes de los cítricos, y es un bizcocho que nos gusta tanto en el desayuno como en la merienda.
Ingredientes para un bizcocho en un molde rectangular de 28 cm:
3 huevos camperos
4 cucharadas de zumo de limón
1/2 taza de yogur (1 yogur)
1 taza de azúcar
1 y 3/4 de taza de harina de repostería
1 sobre de levadura química
1/2 taza de aceite de girasol
Para el glaseado de chocolate blanco:
200 gr de chocolate blanco
60 ml de nata (crema de leche) para montar
la piel de 1 limón (ecológico en este caso)
Preparación:
1.- Precalentamos el horno a 180 ºC.
2.- Engrasamos el molde y le colocamos papel de horno.
3.- Batimos bien los huevos con el azúcar y les añadimos el yogur. Batimos bien.
4.- Tamizamos la harina con la levadura y la añadimos a la mezcla anterior. Mezclamos bien sin batir.
5.- Añadimos a la masa por último el zumo de limón y el aceite.
6.- Vertemos la masa en el molde y lo llevamos al horno durante unos 35-40 minutos, dependiendo del horno, hasta que, al pincharlo con un palillo de madera, este salga limpio.
7.- Una vez horneado, lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla, primero dentro del molde y luego, cuando se haya templado, fuera de él.
8.- Con el bizcocho ya frío, preparamos el glaseado. Ponemos a calentar la nata (crema de leche) en un cazo a fuego bajo y la apartamos cuando vaya a empezar a hervir. Añadimos entonces el chocolate troceado y removemos con una lengua de silicona hasta que se haya fundido todo. Si hiciera falta, volvemos a calentar la mezcla a fuego bien bajo durante unos segundos.
9.- Con el bizcocho sobre la rejilla o sobre el plato en el que lo serviremos, vertemos el chocolate por encima de él, procurando que cubra toda la parte superior.
10.- Terminaremos con la ralladura de la piel de limón por encima del chocolate mientras aún no se haya enfriado, para que se funda el sabor con él.
Servimos para el desayuno, para la merienda o para un capricho. Está muy rico.
¡Que aproveche!