Los bizcochos de soletilla me encantan desde que era pequeñita, tanto para comerlos solos como acompañados, y si encima son caseros tienen un encanto particular que los hace irresistibles, ¡pruébalos!
Cantidad: 25 bizcochos (8 Raciones)
Tiempo de preparación: 15 minutos
Tiempo de cocción: 12 minutos
Lista en: 27 minutos
Cocina: Española
Plato: Postre
Dificultad: Fácil
Ingredientes:
3 huevos talla L
90 gramos de harina de repostería
75 gramos de azúcar blanquilla
una pizca de sal
2 cucharaditas de levadura en polvo
azúcar glass (para espolvorear los bizcochos)
Instrucciones:
Empezamos la elaboración separando las claras de las yemas de los huevos.
Ponemos las claras en un bol con la pizca de sal y las batimos con varillas eléctricas hasta que empiezan a montar y entonces vamos echando, poco a poco, el azúcar blanca sin dejar de batir hasta que estén bien montadas.
En otro bol ponemos las yemas y las batimos con las mismas varillas hasta que blanqueen.
En dicho momento empezamos a verter las claras montadas con el azúcar a las yemas batidas, poco a poco, incorporándolas con movimientos envolventes y ayudándonos de una lengua.
Continuamos añadiendo el merengue a las yemas batidas...
... incorporándolas con la espátula hasta que terminemos de añadir el merengue.
A continuación añadimos la harina tamizada con la levadura poco a poco...
... y seguimos incorporando con movimientos envolventes hasta que la harina esté toda integrada.
Entonces lo metemos en una manga pastelera con boquilla redonda grande (de 1.5 – 2 centímetros).
Preparamos las bandejas de horno recubriéndolas con papel de hornear y vamos extendiendo bastones de masa con la manga pastelera inclinada y pegada al papel de hornear con una longitud de 7 – 8 centímetros, poniéndolos separados uno del otro.
Cuando vayamos a meterlos en el horno los espolvoreamos con el azúcar glass utilizando un colador.
Precalentamos el horno a 180ºC, los metemos en el horno y los horneamos durante unos 12 minutos. Los sacamos del horno cuando los veamos ligeramente dorados.
Una vez sacados del horno los ponemos a enfriar sobre una rejilla.
Utiliza una espátula, un cuchillo o despégalos manualmente para separarlos del papel de horno.
Los bizcochos de soletilla están listos para comer.
Por cierto, cuando era pequeña y mi madre los compraba en las dulcerías los llamaban "lenguas de pájaro".