¿No os pasa que muchos domingos (o festivos o días de ganduleo en general) o levantáis con ganas de desayunar algo recién hecho? Pero no queréis estar mucho tiempo en la cocina, ya lo hacéis entre semana o pensáis dedicar un buen rato a la comida más tarde…
Pues una receta ideal para esos desayunos rápidos son los scones. La preparación previa no requiere más de 20 minutos, y la cocción otros 15. Y como los tomamos calentitos, ni que esperar hay.
Pero si ya de por sí son rápidos de preparar, con esta receta y una idea tomada del blog Mi vida en un dulce que nos ahorrará el tiempo de estirado y cortado de la masa, el tiempo de preparación queda reducidísimo. Así que en unos 25 minutos tendremos el desayuno. Y un aroma en la cocina…
La receta que utilicé como base para esta preparación es la de los scones de buttermilk, con alguna pequeña variación. Y creo que os van a encantar. ¿Vamos con la receta?
Ingredientes para 20 scones:
3 1/2 tazas de harina leudante (con levadura) o de harina normal y un sobre de levadura química
2 cucharadas de azúcar glacé
60 gr de mantequilla fría troceada
1 taza de leche entera
1/2 taza de yogur natural
1/2 taza de gotas de chocolate
una pizca de sal
Preparación:
1.- Precalentamos el horno a 200 ºC con ventilador (si tenemos) y preparamos una placa para horno con papel de hornear.
2.- Ponemos en un bol grande la mantequilla fría junto con el azúcar y la harina (y la levadura si no la lleva integrada) y trabajamos con las manos hasta conseguir unas migas sueltas. Un truco que va muy bien es coger puñados de la mezcla, apretarlos con la mano y luego desmigar ese puñado. Veréis que así se hacen enseguida.
3.- Añadimos ahora el chocolate, el yogur y la leche y mezclamos con un cuchillo redondo o, lo que va muy bien, una paleta de amasar pan. Cuando esté todo integrado dejamos de trabajar. No queremos calentar la masa ni amasarla demasiado o se volvería elástica. Quedará una masa pegajosa pero es así como debe quedar.
4.- Con la cuchara para helados vamos formando las porciones que colocaremos sobre la placa de horno con un par de dedos de separación entre cada una. Si queréis, os podéis enharinar un poco los dedos y alisar las bolas de masa un poco para que queden más uniformes.
5.- Llevamos los bollitos a cocción durante 15 minutos, apagando el ventilador a los 10 para que no se tuesten.
6.- Servimos calientes con un poco de mantequilla, mermelada o lo que más os guste.
Sugerencia:
Podéis sustituir las gotas de chocolate por trocitos de fruta deshidratada y rehidratada. Les van a quedar genial.
Espero que os gusten y os sirvan para vuestro próximo desayuno o para una merienda improvisada.
¡Que aproveche!