Una de las cosas que más me gusta comer es bollería. Sí, lo admito, soy una gocha en ese aspecto, ¡jajaja! No obstante, la repostería y la panadería son dos de los ámbitos de la cocina que más difíciles me parecen. Por eso, me doy por muy satisfecha del resultado de estos bollos suizos. ¿Qué os parece?
No me han quedado perfectos, pero como os he comentado, creo que la repostería y la panadería requiere de precisión, cuidado, técnica y mucha paciencia, la cual no siempre tengo. Siempre que intento hacer recetas de este estilo, se dan muchos fracasos en mi cocina. No obstante, debo admitir que, esta vez, por lo menos he aprobado, ¡jajaja!
Para esta receta me he guiado de los pasos de María Lunarillos, seguro que la conocéis. Es una eminencia en esto de la repostería y le queda todo siempre genial. Os recomiendo sus creaciones, son estupendas y siempre tienen un acabado perfecto.
INGREDIENTES:
500g de harina de fuerza.
250g de leche.
3 huevos (uno de ellos para pintar).
90g de azúcar.
5g de sal.
9g de levadura fresca.
80g de mantequilla a temperatura ambiente.
Para el azúcar perlado:
Azúcar.
Agua.
1º. En primer lugar, echaremos en un recipiente 100g de harina de fuerza, 100ml de leche tibia y la levadura fresca. Mezclaremos todo bien y dejaremos que fermente, es decir, hasta que consigamos una mezcla que duplique su tamaño incluso.
2º. Luego agregaremos, en otro recipiente, el resto de ingredientes, menos la mantequilla. Podéis hacerlo a mano, pero si tenéis una amasadora mucho mejor, porque no os cansaréis tanto. Ya que amasaremos en tiempos, es decir, dos minutos de amasado, 10 minutos de reposo. Repetiremos este proceso, tantas veces hasta que la mezcla quede lisa.
3º. Una vez conseguida la masa deseada, será el momento de añadir la mantequilla a temperatura ambiente. Comprobaréis que la masa vuelve a tornarse pegajosa, no importa, seguiremos amasando hasta que vuelva a su consistencia anterior. Finalmente, dejaremos la mezcla sobre un recipiente engrasado con aceite y dejaremos reposar hasta que doble su tamaño de nuevo, es la segunda fermentación.
4º. Después, procederemos a hacer las bolitas de los bollos suizos boleando la masa. Para ello cortaremos la masa en trozos de 60 gramos y la bolearemos. A continuación, posaremos las bolas en una bandeja de horno y las taparemos, dejando fermentar la masa, de nuevo, hasta que las bolas doblen su tamaño. Una vez acabe este proceso, precalentaremos el horno a 200º por arriba y por abajo.
5º. Mientras, batiremos uno de los 3 huevos y pintaremos los bollos con mucho cuidado. Además, le propiciaremos un corte en el medio, donde pondremos el azúcar perlado (el cual se elabora echando en abundante azúcar, unas gotas de agua). Luego bajaremos la temperatura del horno a 180º y meteremos los bollos suizos para que se cocinen durante unos 12 minutos. Más tarde, dejaremos enfriar y ya tendremos listos nuestros bollitos suizos.
El resultado es espectacular. En mi caso, sí que cometí un fallito y es que me pasé a la hora de hacer el corte en el medio de los bollos suizos. Cuando hice el corte en la masa, me parecía muy pequeño e hice los cortes más pronunciados. No caigáis en mi mismo error, porque, luego, al hornearse, ese corte se hace mucho más grande, ¡jajaja!