Este brunch naranja es ideal para aprovechar que tenemos naranjas y mandarinas en su máximo esplendor. Son frutas que a mi particularmente me encantan, y que nos dan muchísimo juego para la cocina.
Vamos a ver las recetas que podemos hacer con ellas para prepararnos un desayuno súper completo. Ya sabes que el término brunch es resultado de breakfast y lunch, desayuno y comida respectivamente. Además tiene la particularidad de ser un desayuno tardío que sirve como tal y como comida, en español tenemos muy claro el concepto de merienda-cena. Pues bien, sería lo mismo pero aplicado al desayuno.
No los preparo con la frecuencia que me gustaría, pero de vez en cuando sí nos damos este homenaje. Ya publiqué hace un tiempo el brunch saludable, que gustó bastante, y antes de éste cómo preparar un brunch de verano, también muy visitado.
Así que con el invierno por delante, vamos a disfrutar a tope de los cítricos. Empezamos por la parte dulce, con una mermelada. Aquí tienes la receta para hacer la mermelada de naranja y romero. Es muy fácil de hacer y súper versátil. La puedes utilizar para untar unas galletas, preparar un canapé, o para alegrar una sencilla tostada. Ya sé que lo repito muchas veces, pero es que es cierto, una vez hagas la primera mermelada casera, verás que no hay color con las compradas.
Otro imprescindible en nuestro brunch naranja es el zumo natural. Habla por sí solo, y además está cargadito de vitaminas.
Ahora vamos a preparar los scones de avena y naranja. ¿Cómo definirlos? Los scones son una especie de panecillos originarios del Reino Unido. Suelen tener forma redonda, aunque en mi receta los verás en forma de torta aplanada y cortada en porciones triangulares. Así los preparan en Escocia, y también se llaman igual: scones.
INGREDIENTES PARA 8 SCONES DE AVENA Y NARANJA
– 350 gramos de harina
– 50 gramos de copos de avena
– 100 gramos de mantequilla
– 1 gaseosilla ( los dos sobres)
– ralladura de media naranja
– 100 ml de zumo de naranja natural y su pulpa
– 100 ml de leche ( yo utilizo de soja)
– 80 gramos de azúcar moreno
– pizca de sal
La forma de prepararlos es bastante sencilla, mira:
Enciende el horno a 180 grados
Pon en un bol amplio la harina tamizada, la sal y la gaseosilla.
Añade la mantequilla fría y cortada en cubos.
Con las manos, deshaz los cubos de mantequilla entremezclados con la harina. Se forman una especie de migas.
Añade la ralladura, la avena, la leche, el zumo y la pulpa y el azúcar. Mezcla bien todo para obtener una masa bien homogénea. Conviene amasar más bien poco para que no se empiece a desarrollar el gluten de la harina. Los panecillos tienen que estar ligeramente hojaldrados.
Ahora engrasa un molde con un poco de mantequilla, y vierte la masa en él. Será bastante pegajosa, puedes ayudarte con una cuchara.
Una vez en el molde intenta darle forma para que esté redonda y la superficie lo más lisa que puedas.
Espolvorea azúcar por la superficie, y con una pala de madera o cuchillo bien impregnado en harina, haz los cortes a la masa.
Hornea unos 30 minutos a 180 grados.
Disfrútalos cuando estén tibios aún, y si lo deseas, los puedes acompañar de la mermelada que hemos hecho antes. Son irresistibles.
Ya sabes que yo soy más de dulce, pero para este brunch naranja no puede faltar la receta salada. He preparado unos canapés de queso de cabra con la mermelada de naranja y romero, pero si te parece poco, y quieres añadir un plato más contundente a tu brunch, te recomiendo encarecidamente que pruebes el durum de confit de pato y naranja. Decir que nos chifla sería poco, pero tengo que confesar que para desayunar a nosotros no nos entra. Ahora como cena ¡le hacemos pocos ascos! Ahhh y por si eres más de ensaladas, aquí tienes la receta de ensalada de mandarina confitada y bacalao ahumado.
Si preparas unos cachitos de mandarina, verás que desaparecerán de la mesa. Le aportan mucho frescor al desayuno y están deliciosos. Mis hijas son súper aficionadas a tomarse el zumo, y la naranja o la mandarina entera tienden a evitarla, pero así cortada y pelada se animan y van picando algunos trocitos. Después de comerlos, nos miran fijamente y siempre preguntan si ya se les ha puesto ese brillo especial en los ojos que da comer fruta y verdura. ¡¡¡¡¡Por supuesto que sí!!!! Y se quedan tan contentas, van a mirarse al espejo y todo :)
Todas nuestras naranjas vienen directamente de Love Naranjas, y eso también ayuda mucho. Están en su punto óptimo de maduración cuando se recogen del árbol, y en 24 horas las tienes en tu casa. Por tanto están dulces y cargadas de zumo. A las niñas les hace especial ilusión cuando llega el pedido, y lo primero que hacemos al abrir la caja es tomarnos todos un zumo.
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En mi desayuno no puede faltar un cafecito ( o dos!!) y una galleta, y si lleva chocolate pues mejor que mejor. Las que ves en las fotos son tipo Digestive integrales, pero aún no te pongo la receta que la tengo que limar un poquito más ;)
Puedes hacer las Anzac biscuits, o las galletas de mantequilla y untar la superficie con la mermelada que hemos hecho al principio. Luego fundir chocolate, mojas media galleta, y la dejas secar sobre una bandeja cubierta con papel de hornear.
Con este desayuno tan vibrante de color y vitaminas me despido por hoy.
¡¡Feliz domingo!!
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