"Harina, la que admita", "eso ya lo vas viendo", "hornear hasta que esté", "a ojo". Que levante la mano el cocinillas que no se haya enfrentado alguna vez a estas explicaciones al pedir una receta. ¡Con la cantidad de cosas que pueden hacer que la admisión de la harina sea una u otra! En mi caso sin ir más lejos hay que tener en cuenta mucho si he dormido o no, porque la cantidad de harina será diferente. De harina y de todo lo demás.
Si no he dormido y hago un bizcocho, al meterlo al horno gopearé el molde con la parte superior del hueco y derramaré todo el contenido del molde por la puerta del horno que como estará caliente hará que se solidifique y pegue la masa haciendo dibujos abstractos de forma inmediata. En consecuencia, la cantidad de harina que admitirá ese bizcocho será el doble de la utilizada inicialmente porque tendré que volver a hacerlo (si es que después de limpiar la puerta del horno y de respirar los efluvios del FORZA Hornos no he muerto). Por eso explico todo lo que puedo en gramos y además cuento con el ingrediente adicional de 7 horas de sueño, 6 mínimo. Por debajo de eso ya hay que ajustar ingredientes.
Pero con la receta de hoy aviso: el guacamole es algo que en cada casa se hace distinto. Es al gusto de cada hogar, como la tortilla de patatas para nosotros. A unos nos gusta con cebolla, a otros sin, unos cortan las patatas en cubitos, otros en láminas finas, unos la cuajan mucho, otros dejan el huevo más crudo? Según como la haga tu madre, así será como te guste. Pues el guacamole es lo mismo, sobre todo en cuanto a cantidades de ingredientes. No hace mucho asistí a un taller en el que una chica mejicana nos preparó platillos típicos de su gastronomía, y cuando hizo el guacamole no explicó ni una sola vez cantidades de ingredientes. Mira que le preguntaban ¿pero como cuánta cebolla?, ¿como cuánto tomate?, ¿esas hojitas de cilantro no se las echas? Pues nada. Lo único que conseguimos sacarle fue que había que añadir los ingredientes "al ojo" (muy gracioso, no dicen A ojo sino AL ojo). Lo que tengo que reconocer es que EL OJO que tenía era clínico porque le salió un guacamole de escándalo.
Este mes me he ido a robar receta al blog La Rosa Dulce que es la víctima de nuestro reto Asaltablogs de febrero. Su versión de guacamole según su propio ojo tiene una pinta estupenda y la podéis encontrar aquí.
Yo os voy a dejar la receta de MI ojo poniéndoos las cantidades que he usado según mi gusto. Y la he presentado en forma de bruschetta o tosta de toda la vida para que veáis que acompañarlo con nachos es una opción estupenda, pero hay mil usos para una cosa tan rica y tan untable como es el guacamole.
FOTO5
El guacamole no tiene ningún secreto. Es tan fácil como preparar un buen pico de gallo y aplastar unos aguacates. El pico de gallo es la mezcla de tomate, cebolla y cilantro, con los colores de la bandera mejicana, que es un acompañamiento ideal para cualquier plato. A mí me gusta mucho en las fajitas, en las quesadillas, incluso solo, como una ensalada. Yo tengo un pequeño truco secreto para que el pico de gallo, y por ende el guacamole tengan un toque especial. Me gusta macerar la cebolla en zumo de lima antes de mezclarla con el resto de ingredientes. La dejo unos 10 minutos empapadita de zumo de lima y es como si sacara otra variante de sabor, más "encurtida". Por supuesto podéis hacer el pico de gallo sin macerar la cebolla. Pero a mí me gusta contar mis secretillos.
Ingredientes
2 aguacates maduros pero no pochos
1 lima
Media cebolleta o cebolla pequeña
Medio tomate de tamaño medio
Dos ramitas de cilantro ramita de cilantro
Aceite de oliva
Sal
Salsa picante (opcional)
4 rebanadas de pan
4 tomates cherry
Preparación
Primero preparamos el pico de gallo y para ello cortamos la cebolleta pequeñita y la ponemos a macerar en zumo de lima. Mientras tanto cortamos también pequeñito el tomate y el cilantro. Dejamos reposar unos 5 minutos más la cebolleta en la lima porque esto le añadirá un toque de sabor muy especial. La escurrimos y la mezclamos con el tomate y el perejil.
Pelamos y troceamos los aguacates en trozos grandes. Los rociamos con unas gotas del zumo de lima para que no ennegrezcan por la oxidación. Los machacamos groseramente con un tenedor. No tiene que quedar un puré fino como el humms que hacíamos aquí. No es una crema. Tiene que quedar con tropezones.
Mezclamos el pico de gallo con los aguacates machacados.
Añadimos un chorrito de aceite de oliva, sal y salsa picante, al gusto y al ojo. Yo suelo echarle un hilito de aceite de oliva y un poco de sal. El picante no siempre. Podemos no añadir nada. Ya está el guacamole.
Rociamos muy ligeramente las rebanadas de pan con aceite de oliva virgen extra. Yo lo hago con un spray para que no caiga mucho. Las tostamos en el horno justo denajo del grill unos minutos.
Untamos una capa generosa de guacamole sobre el pan, añadimos unos tomatitos cherry troceados, unas hojitas de cilantro y ya tenemos la bruscheta. Podemos verter un hilito de aceite de oliva virgen extra por encima.
Si decidís echarle picante, por favor en ese caso nada de AL OJO