250 grs de calamares, limpios
2 cucharadas colmadas de harina de garbanzo
1 aguacate maduro
2 limas
2 cucharaditas de salsa picante de guindilla
aceite de oliva
Elaboración:
Calentamos 1 cm de aceite de oliva en una sartén grande antiadherente a fuego medio-fuerte, vigilando que no se queme. Mientras, cortamos los cuerpos de los calamares en aros de 1 cm, mezclamos bien con la harina y una pizca de sal y pimienta negra hasta que estén rebozados. Partimos el aguacate por la mitad y quitamos el hueso, ponemos la pulpa en un bol. Rallamos finamente la cáscara de 1 lima por encima, añadimos el zumo y chafamos el aguacate hasta obtener un puré. Probamos, sazonamos al gusto y repartimos entre dos platos.
Para comprobar si el aceite está lo suficientemente caliente, metemos un trozo de calamar en la sartén con cuidado, si chisporrotea y se dora, ya está listo. Ponemos el resto de los aros de calamar, de uno en uno, en el aceite caliente, dándolos la vuelta con unas pinzas y dejamos que se doren; si fuera necesario, los freìmos por tandas. Los ponemos en un plato con papel de cocina para que escurran y disponemos encima del aguacate. Rociamos con la salsa de guindilla y un poco de aceite y servimos con trozos de lima para exprimir por encima.