La maquinaria de recetas navideñas continua en Azúcar y Orégano. Esta vez os traigo para hacer canapés y por lo tanto, volvemos a las ideas de los entrantes. Los platos fuertes siempre los tenemos organizados, pero el picoteo es lo que más nos cuesta concretar, más allá del típico paté de cabracho, las gambas y langostinos o incluso el embutido. Pues bien, yo os ofrezco la idea de las Caracolas de hojaldre, las cuales podéis rellenar de lo que queráis.
Esta receta aporta como un poco de creatividad a vuestra mesa. No solo por su forma, sino también porque ofrece infinidad de posibilidades. Las podéis dejar o bien para un buen postre con chocolate o relleno de crema u optar por algo más salado, como una combinación de marisco.
Quizás, otra de las ventajas de esta receta es que se hace rápido y no tiene ninguna complicación. A no ser que la queráis añadir, puesto que podéis hacer el hojaldre casero en vez de comprado, como yo he optado. Eso os lo dejo a vuestra elección. No obstante, como esta creación la quiero definir como rápida y sencilla, mi hojaldre es comprado.
INGREDIENTES:
Una lámina de hojaldre.
Un huevo.
Papel de aluminio.
1º. Extendemos la masa de hojaldre y la cortamos como en tiras. Puede que alguna se os rompa, pero no pasa nada, porque eso luego no se notara
2º. Ahora cogemos trozos de papel de aluminio y hacemos conos con ellos, que nos servirán de molde para envolver alrededor de ellos las tiras de hojaldre. Tiene que quedar como una forma triangular, pero gruesa. Os muestro un vídeo de cómo elaborarlos para que os quede mejor: “Molde casero para hacer conos“. No obstante, yo no me he complicado tanto y como quería caracolas pequeñas he hecho la forma simplemente con el papel de aluminio.
3º. Una vez tengamos hechas las caracolas, batimos un huevo y las pintamos por todos lados. Las posamos sobre una bandeja del horno, previamente forrada y las cocinamos a 180º por arriba y por abajo, hasta que se nos dore. Ya sabéis que cada horno es un mundo y a veces puede tardar más o menos.
4º. Por último, dejamos que se enfríen y luego retiramos el papel de aluminio con mucho cuidado. Puede que este se adhiera al hojaldre y os cueste quitarlo, pero tened paciencia. Y listo, con esto ya tenéis una base de hojaldre diferente, que podréis rellenar a vuestro antojo.
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