Hacía tiempo que quería hacer un cerebro para Halloween, y este año me he decidido. Necesitaba algo que se hiciese el día anterior, porque el día de Halloween no sabía si tendría tiempo de hacer nada, y en este caso, el cerebro es ideal. Al ser gelatina, necesita unas cuantas horas para solidificar. Por lo tanto, hice la mezcla el día anterior, y el mismo día sólo tuve que desmoldar.
La receta original es de Georgia Gonzalez, pero la he adaptado para Thermomix. Al final el color ha quedado tirando a blanco, pero es que no quería arriesgarme a ponerle color y estropearlo. Otro año quizá...
La receta original también viene con una cucharada de esencia de vainilla transparente. No la pude encontrar. Todas las esencias de vainilla que vi eran de un color oscuro, y preferí no ponerla. En su lugar puse esencia de fresa y kiwi. Era como si estuvieses comiendo un chicle de fresa!!! jajaja
También tengo que decir que para que la gelatina fuese más fácil de desmoldar le puse un spray antiadherente... era la primera vez que lo usaba, y por lo visto me pasé tres pueblos... Por lo visto se tenía que poner poquito... Y al desmoldar salió el aceite por todos lados!!! Eso sí, se desmoldó súper bien!!! jajaja
Aquí tenéis la receta:
Ingredientes:
1 litro de agua
180 gr de azúcar
15 láminas de gelatina
1 cucharada de esencia de vainilla transparente (Yo le puse unas gotitas de aroma de fresa y kiwi)
370 gr de leche condensada
Sirope de fresas
Preparación:
Poner las hojas de gelatina en remojo en un plato con agua.
Poner el azúcar en el vaso de la Thermomix. Cerrar el vaso y pulverizar a velocidad 10 durante unos 15 segundos. De esta forma tendremos azúcar glass y será más fácil de disolver.
Retirar el azúcar glass del vaso. No hace falta limpiarlo. Poner el agua y calentar a 90 grados unos 10 minutos, velocidad 3. Lo justo para que llegue a 90 grados. Si sobran minutos no pasa nada, y si faltan, cosa que dudo se vuelve a programar unos minutos más a 90 grados, velocidad 3. El agua nunca tiene que hervir. Por eso lo ponemos a 90 grados. Mientras se va calentando el agua, ir poniendo el azúcar a cucharadas por el agujero de la tapa. Por eso lo ponemos a velocidad 3, para que remueva más fuerte y que el azúcar sea más fácil de disolver.
Una vez el agua haya llegado a 90 grados, paramos la máquina. Ya no se necesita más calor. Añadimos la gelatina y la leche condensada.
Añadimos también la esencia de vainilla (en mi caso, unas gotitas de aroma de fresa y kiwi).
Una vez se han añadido todos los ingredientes, removemos unos 10 segundos a velocidad 3 para que se mezcle todo. Tendremos que esperar a que la temperatura esté a unos 37 grados para poner la mezcla en el molde, ya que estos moldes de cerebro suelen ser para hielo y no aguantan mucha temperatura sin deformarse.
Una vez que la mezcla se haya enfriado a 37 grados preparamos el molde de cerebro. En mi caso, el molde no se aguantaba derecho por sí solo y tuve que ponerlo en un bol. En un principio lo puse sin nada más, pero después tuve que ponerle unos palos debajo del molde para que no se cayera con el peso del líquido.
Para que sea más fácil de desmoldar, pondremos una capa de spray antiadherente. Se ha de poner poquito, porque si no, sobrará.
Una vez puesta la capa de spray antiadherente, poner la mezcla en el molde y meterlo en la nevera durante varias horas hasta que solidifique.
Ahora sólo nos queda desmoldar con cuidado. Ponemos sirope de fresas por todos los rincones para que parezca sangre.
Y ya tenemos el cerebro listo!!! Buen provecho y feliz Halloween!!!
Os apetece un chupito??? jejeje