El cheesecake de fresa es fácil de preparar, sin embargo, necesitas paciencia. Para evitar que el pastel tenga grietas (las cuales se forman cuando se seca demasiado) te comparto dos secretos: primero, hay que hornearlo a baño maría, es decir, colocar el molde, envuelto en aluminio, dentro de una charola con agua caliente antes de meterlo al horno, y dos, no hay que sacarlo del horno inmediatamente, si no apagarlo y dejarlo enfriar dentro por una hora. Lo mejor es que una vez que el cheesecake se haya enfriado por completo, lo refrigeres un par de horas, o idealmente toda la noche, por lo que es un postre perfecto para preparar con anticipación!
Anímate a prepararlo, y me cuentas en un comentario que tal te quedó. (O compártenos tus toppings favoritos!)
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