Tartitas Individuales de Zanahoria Sin Horno
Entramos en la última semana de este mes de abril que se va con mucho sol, con buen tiempo y con esas ganas de empezar a disfrutar de los postres fríos, ¿verdad?
Para acompañar este buen tiempo, hoy te traigo una versión de tarta de zanahoria para la que no vas a necesitar utilizar el horno. Por lo tanto, si no tienes horno o si, como yo, no te apetece encenderlo, ¡esta receta es perfecta! Además, aquí te dejó la vídeo receta para que no te pierdas los pasos y la disfrutes al máximo.
Aunque yo la he dividido en vasitos individuales, puedes utilizar un molde desmontable mayor y hacer una versión más grande, aunque quizá tendrías que aumentar un poco las cantidades.
Como siempre, esta versión es muy sanita, libre de azúcares añadidos, gracias al queso, rica en proteínas.
Si quieres más ideas de este tipo de postres en frío, te dejo unas opciones que están buenísimas y que ya compartí en otro momento: Cheesecake de Fresa, PannaCotta Fit de Vainilla y Frutos Rojos o el Cheesecake de Brownie y Trufa que es, simplemente ¡espectacular! Para la opción vegana, celiacos e intolerantes a la lactosa, también tienes este Tiramisú Vegano Exprés. Todas ellas son recetas que están de vicio y que no necesitan horno, por lo que son perfectas para preparar en un momento y tener un desayuno, merienda o postres de lujo para toda la semana.
Ya no me enrollo más, que sé que lo que te está pidiendo el cuerpo es la receta para empezar a disfrutar estas tartitas tan deliciosas, así que, coge papel y boli y, ¡al lío!
Ingredientes (3 raciones individuales):
Para la Base:
15 almendras
5 nueces
3 dátiles grandes
1 zanahoria
2 cucharadas soperas de copos de avena
1 cucharadita de postre de canela
¼ de cucharadita de postre de sal
¼ de cucharadita de postre de nuez moscada
Para el relleno:
3 hojas de gelatina
7 gotas de limón
6 cucharadas soperas de leche (usé desnatada, pero sirve semi o entera también)
3 cucharadas soperas de queso ricota (si no encuentras, puedes sustituir por requesón)
2 cucharadas soperas de queso de untar light (en este caso utilicé el queso de Eatlean, que es rico en proteína y sin nada de grasa – lo podéis encontrar en Bulevip y si haces click aquí tienes un 10% de descuento)
1 cucharadita de postre de aroma de vainilla
1 cucharadita de postre de Stevia o ajustar si eres más dulzón
1/2 vaso de leche
Procedimiento:
Lo primero que haremos será preparar la buttermilkque es una especie de crema agria. Para ello, pondremos las cucharadas de leche junto a las gotas de zumo de limón en un vasito y dejaremos reposar hasta que lo vayamos a utilizar. Mientras pasa el tiempo, verás que la leche toma un aspecto con grumitos, pero no te preocupes ya que es el aspecto de esta elaboración y no te vas a poner mal ni nada.
Mientras preparamos la base, ponemos a remojar los dátiles unos 15 minutos en agua hirviendo. De este modo, se van a ablandar y será más fácil triturarlos.
Pelamos y lavamos la zanahoria y, con ayuda de un rallador, la rallamos por los agujeros de tamaño medio, es decir, ni los más pequeños ni los grandes.
Para la base, trituramos los copos de avena, los frutos secos, la canela, la nuez moscada, la sal y los dátiles ya ablandados tras estar remojándose esos 15 minutos.
Cuando tengas una pasta con una textura arenosa, mezclaremos la mezcla con la zanahoria rallada para completar la mezcla de la base.
En unos vasitos, añadimos un poco de mezcla de la base y, con ayuda de una cuchara o de las manos, lo aplastamos bien contra la base del vaso. Reserva estos vasitos en la nevera mientras preparamos el relleno.
Una vez que tenemos la base, empezamos con el relleno. Para ello mezclamos el queso ricota, la Stevia, el queso untable y el aroma de vainilla. Mezcla todo bien con un tenedor o unas barillas hasta que se integren bien los ingredientes y tengas una textura cremosa.
Agrega la mezcla de la buttermilk y mezcla todo bien.
A continuación, calienta bien el vaso de leche en el microondas, escurre la gelatina del agua y agrega al vaso de leche caliente. Remueve hasta que se haya disuelto por completo.
Cuando la gelatina esté deshecha, añade ese medio vasito de leche a la mezcla anterior del queso e integra todos los ingredientes con un tenedor o unas barillas.
Saca los vasitos de la nevera, vierte la mezcla del relleno y tápalos con film transparente para evitar que se reseque o tomen olores de otros alimentos.
Deja reposar esos vasitos en la nevera un mínimo de 4 horas, pero, como siempre, te recomiendo que los dejes de una noche a otra para asegurarte de que la textura es la ideal.
Antes de servir puedes decorar con unos pistachos machados, con zanahoria rallada y virutas de chocolate negro.
Como ves, aunque es una receta con muchos pasos, no se tarda nada en hacerla ya que el hecho de no tener que utilizar el horno nos va a ahorrar muchísimo tiempo.
¡Anímate a preparar estas tartitas y alegra estos días de sol añadiendo un toque riquísimo!
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Fuente: este post proviene de La Vida a Bocados, donde puedes consultar el contenido original.
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