Cheesecake Snickers
Cuando comenzó todo esto del COVID-19 pensé que no me tocaría para mi cumple, que para estas fechas ya estaríamos de vuelta a la normalidad y podría celebrarlo con los míos. Pero, ¡error! No me he librado de pasar el cumpleaños confinada (aunque ya en fase 3), pero como el resto de Castilla-La Mancha sigue en fase 2, hay que esperar para celebrarlo en casa.
No por estar lejos he querido dejar de celebrarlo y, ¡menudo homenaje! Ya sabeis que a mí el chocolate y el cacahuete me pierde y, ¿qué mejor manera para celebrar los 29 que con esta versión de mis queridas snickers en tarta?
Con estos calores ya me entra la alergia al horno e intento usarlo lo menos posible, por eso, para esta cheesecake, solo lo he usado para la capa base. He vuelto a hacer el bizcocho de chocolate y cacahuete que publiqué ayer y que cuando lo probé supe que era el perfecto para esta receta. La única modificación que hice fue no añadirle trozos de cacahuete a la masa. De todas formas te vuelvo a dejar la receta en esta publicación para que no tengas que ir de una publicación a otra y sea más sencillo :) Pero por si quieres ver la versión original con sus trocitos crunchy de cacahuete, aquí tienes la receta original.
Si prefieres otras versiones de cheesecake sin gota de horno, te dejo este banana split que también es sin gluten y sin lactosa y con esto te aseguras un buen postre cumpleañero (o para celebrar la vida, simplemente). Estos vasitos individuales de imitando a la típica tarta de zanahoria también son una opción deliciosa.
Si te gustan estas chocolatinas, te animo a probar la receta porque te va a encantar.
Y, como a mí las celebraciones me chiflan, estáte atento a mi Instagram, que tengo más bizcochitos y tartas pendientes jiji.. Si aún no me sigues, aquí te dejo mi perfil de Instagram para que no pierdas detalle.
¡Vamos a celebrar!
Ingredientes: (para un molde desmontable de 15cm)
Para el brownie de base (te sobrará la mitad para algún desayuno/merienda jeje)
110 gr. de harina de avena
100 gr. de leche o bebida vegetal
40 gr. de harina de cacahuete (triturando cacahuetes sin sal hasta que queden hechos polvito)
40 gr. de eritritol o el edulcorante que uses*
15 gr. de cacao puro en polvo desgrasado
15 gr. de aceite de coco / oliva
7 gr. de levadura química
2 huevos XL
1 cucharadita de postre de aroma de vainilla
40 gr. de caramelo de dátiles para el montaje (te explico en el procedimiento cómo hacerlo)
*Si usas stevia, tendrás que añadirle menos cantidad
Para la primera capa de relleno:
325 gr. de leche evaporada (1 brick de los pequeños)
100 gr. de leche o bebida vegetal
60 gr. de mantequilla de cacahuete
10 gr. de leche en polvo
1 gr. de stevia líquida (más o menos 1/2 cucharadita de postre) / Si no tienes stevia líquida, puedes usar un edulcorante granulado previamente triturado para hacer el efecto de azúcar glass y que no se noten los cristalitos al masticar.
6 hojas de gelatina neutra
Para la segunda capa de caramelo:
200 gr. de leche o bebida vegetal
100 gr. de caramelo de dátil
60 gr. de mantequilla de cacahuete
10 gr. de leche en polvo
3 gr. de aroma de vainilla
4 hojas de gelatina neutra
1 puñado de cacahuetes tostados sin sal (yo los compro en Lidl)
Para la cobertura:
1 tableta de chocolate negro 85%
40 gr. de aceite de coco
Opcional: 1 gr. de stevia líquida
Procedimiento:
Primero, vamos a ponernos manos a la obra con el caramelo de dátiles para que vaya enfriando.
Esto es lo más fácil del mundo y te serive para endulzar postres, yogures, untar en tostadas, rellenar tartaletas, brownies, atacarlo a cucharadas...
Solo tienes que calentar agua hasta que hierva y dejar los dátiles 10 o 15 minutos en remojo con el agua caliente. Después bate todo bien y deja enfriar. ¡Listo!
Ahora que ya tenemos el caramelo de dátiles, vamos a empezar con el brownie.
Primero, pon a precalentar el horno a 180ºC con calor arriba y abajo.
Mezclamos los ingredientes secos (las harinas, levadura y cacao en polvo) y, en otro bol batimos los huevos con el eritritol hasta que quede una mezcla con burbujitas y blanquecina. Puedes hacerlo con las barillas de la batidora o hacer sesión de antebrazo. Este truco lo puedes usar siempre en tus mezclas de bizcochos/donuts/muffins, etc. y hará que queden mucho más esponjosos.
Cuando tengas los huevos y el edulcorante, añade el aceite, el aroma de vainilla y la leche. Mezcla todo bien y vierte esta mezcla húmeda en el bol donde teníamos los ingredientes secos. Vuelve a mezclar y al horno a temperatura media durante 20-30 minutos. A los 20 minutos, comprueba con un palillo o cuchillo si está hecho y si no, cada 5 minutos vete comprobando hasta que la punta salga limpia. En mi caso, lo tuve un total de 25 minutos, pero cada horno puede variar.
Si lo haces en microondas, ponlo 5 minutos a máxima potencia (800W) y comprueba si está hecho, si aún le queda bastante, ponlo otros 3 minutos más y, a partir de ahí, en intervalos de 30 segundos o 1 minuto hasta que esté hecho.
Cuando tengas el brownie, desmolda con cuidado y deja enfriar en una rejilla y, cuando pierda todo el calor, tritura la mitad del brownie en la batidora o procesador hasta tener unas miguitas arenosas.
Mientras el brownie enfría, podemos ir adelantando trabajo preparando el primer relleno.
Pon a hidratar las hojas de gelatina en agua fría.
Mezcla todos los ingredientes con las barillas reservando como medio vaso de leche sin mezclar.
Cuando la gelatina esté hidratada, calienta la leche que hemos reservado, escurre la gelatina y deshazla en la leche caliente.
Una vez tengas la gelatina bien disuelta, vierte esta mezcla junto al resto de ingredientes. No pasa nada si dejas la mezcla preparada durante un tiempo antes de verterla en el molde, ya que si no está en la nevera, no empezará a solidificar.
Cuando nuestro brownie esté templado, mezcla las miguitas que hemos triturado con el caramelo de dátil y ponlo en el fondo del molde desmontable. Con un vaso o con las manos, aplasta el fondo hasta que quede bien prensado. Deja enfriar 10 minutos en la nevera para que se asiente antes de ponerle la primera capa de relleno.
Saca el molde y vierte la mezcla que teníamos reservada. Vuelve a meter en la nevera unas 3-4 horas para que la capa esté bien sólida y no se desmorone al añadirle la segunda.
Para la segunda capa volvemos hidratar la gelatina y a mezclar todos los ingredientes reservando un poquito de leche que calentaremos para deshacer la gelatina hidratada. Los cacahuetes tampoco los mezclamos.
Mezcla todo bien y vierte al molde con cuidado de que no caiga muy fuerte y haga huecos en la capa que ya teníamos hecha. De esta manera, quedarán dos capas bien definidas.
Cuando tengas la segunda capa en el molde, reparte los cacahuetes y vuelve a tapar y a reservar en la nevera otras 3-4 horas.
Yo hago estas tartas frías de un día para otro dejándolas reposar toda la noche en la nevera. Así me aseguro que están bien cuajadas.
Antes de consumir, pon el aceite de coco y el chocolate en un bol y derrite a intervalos de 20 segundos en el microondas a máxima potencia.
Si te sabe muy amargo, añade edulcorante líquido o con textura azúcar glass.
Deja que enfríe en la nevera.
Cuando enfríe, verás que se queda sólido tipo cemento. Mete el bol 5 segundos en el microondas y remueve muy, muy bien. si aún así está muy sólido, mete otros 5 segundos hasta que quede líquido, pero no muy caliente para evitar que con el calor se deshaga la tarta (recuerda que la gelatina con el calor se disuelve)
Desmolda tu tarta y vierte el chocolate derretido por encima creando esas gotas.
Tritura unos cacahuetes y decora junto con una chocolatina snickers.
Aunque son muchos pasos, es una tarta la mar de sencilla que seguro causa furor.