100g de queso parmesano rallado.
pimienta negra recién molida
Limpiar los calabacines, secar, quitar los dos extremos y cortar en rodajas bien finas.
Poner en una bandeja de horno forrada de papel de horno y por encima de cada rodaja de calabacín una cucharadita de café de queso parmesano rallado y un poquito de pimienta negra recién molida.
Gratinar unos 8 o 10 minutos, cuidar que no se quemen. Una vez que se ven doradas ya estan.
Visto en: Les receptes que m’agraden