Los productos frescos no siempre están disponibles, por lo que, en ocasiones, los congelados pueden ser una buena alternativa. Así pues, por ejemplo, podemos congelar unos champiñones para poner directamente en un guiso o unas fresas o frambuesas para preparar un batido en el momento que nos apetezca.
Cómo congelar las verduras
La congelación de las verduras requiere una ligera preparación de las mismas. Y habrá que envasarlas y etiquetarlas. Como norma general los productos deberán estar limpios y secos y se habrán eliminado los desechos. Los trozos más grandes es aconsejable dividirlos en porciones más pequeñas para que, de este modo, podamos descongelar sólo la cantidad que vayamos a consumir.El envasado protegerá de las deshumificación. Los materiales para envasado deberán ser impermeables como el aluminio en rollos, los recipientes de aluminio, plástico o cristal. Todos los envases o paquetes deberán cerrarse herméticamente y las envolturas irán ceñidas al alimento de tal modo que no puedan formarse bolsas de aire. Los recipientes de aluminio, plástico o cristal irán siempre cerrados y nunca deberemos llenarlos completamente para evitar su rotura por dilatación del contenido. Hay que etiquetar siempre el contenido indicando qué contiene y la fecha en la que se congela.
La técnica de descongelación también es muy importante para que el alimento recupere todas sus características de calidad y sabor. Para descongelar los productos que se consumen crudos, como algunas frutas, deberán introducirse en el frigorífico y no directamente pasarlos a temperatura ambiente.
Verduras:
Conviene congelar únicamente verduras frescas y de buena calidad. Muchas de las verduras deberán escaldarse previamente en agua hirviendo e inmediatamente después sumergirlas en agua fría. Se escurren y se envasan en recipientes rígidos o en bolsas de plástico procurando que quede la menor cantidad posible de aire dentro del envase.Las verduras congeladas nos permiten consumir la cantidad deseada y conservar el resto en el congelador, ayudando así a reducir el desperdicio de alimentos.
La verdura que debe cocerse antes de servirla tiene la ventaja de que podemos utilizarla congelada ya que podremos echarla directamente en agua hirviendo. Para la verdura que hayamos escaldado antes de congelarla el tiempo de cocción será un tercio menor que el normal.
La verdura congelada puede conservarse en algunos casos hasta 1 año.
Estas son algunas verduras y su forma de preparación antes y después de descongelar:
Alcachofas: quitar hojas externas y tallos, cortar las puntas y lavarlas en agua fría. Escaldarlas, introducirlas en agua hirviendo con un poco de zumo de limón, durante unos 7 minutos. Enfriar y escurrir. Envasarlas en recipientes sólidos, no en bolsas. Para descongelar hervir en agua salada durante 10 minutos o hasta que las hojas estén tiernas.
Apio: Mejor tallos jóvenes y firmes. Quitar las bases y las hojas. Trocear y escaldar unos 3 minutos. Enfriar y escurrir. Envasar en bolsas de plástico o recipientes sólidos, cubiertos con parte del agua donde se han escaldado. Puede descongelarse a temperatura ambiente durante 1 hora y añadir a guisos y estofados.
Berenjenas: Lavar, quitar el tallo y cortar a rodajas. Escaldar 4 minutos en agua salada y guardar en bolsas de plástico. Para su consumo hervir sin descongelar en agua salada.
Calabacines: Mejor tiernos. Lavar, quitar puntas y trocear en rodajas. Escaldar un minuto y escurrir. Guardar en recipientes sólidos. Se pueden cocinar sin descongelar.
Coles, coles de Bruselas y lombardas: Quitar hojas exteriores y lavar. Trocear las coles y lombardas en trozos más pequeños. Escaldar 3 minutos enfriar y escurrir. Guardar en bolsas de plástico. Para consumirlas hervir sin descongelar en agua salada 8 minutos.
Coliflor(conservar sólo hasta 6 meses): Lavar y trocear. Escaldar 3 minutos en agua con zumo de limón. Dejar enfriar y escurrir. Guardar en bolsas de plástico. Para consumirlas hervir sin descongelar en agua salada 8-10 minutos.
Champiñones: Lavar y trocear. Saltear en aceite o mantequilla. Enfriar y guardar en recipientes rígidos. Guisar sin descongelar con un poco de aceite o mantequilla o añadir directamente a guisos y estofados.
Espárragos: Eliminar partes duras del tallo. Lavar y trocear. Escaldar durante 2 minutos (los de tallo delgado) o 4 minutos (los de tallo grueso). Guardar en bolsas de plastico o recipientes rígidos. Para su consumo hervir sin descongelar unos 5 a 8 minutos según su grosor.
Espinacas: Mejor hoja tierna. Recortar los tallos. Lavar y escurrir. Escaldar 2 minutos. Enfriar y escurrir. Guardar en recipientes rígidos. Cocinar sin descongelar en aceite o mantequilla.
Guisantes: Escaldar 1 minuto. Enfriar y escurrir. Guardar en bolsas de plástico. Para su consumo hervir sin descongelar en agua salada durante 7 minutos.
Judías verdes: Cortar las puntas, lavar y trocear. Escaldar 3 minutos y guardar en bolsas de plástico. Para su consumo hervir sin descongelar en agua salada durante 5-7 minutos.
Nabos: Mejor tiernos. Pelar y trocear. Escaldar 2 minutos y escurrir. Guardar en bolsas de plástico. Para su consumo hervir sin descongelar en agua salada unos 5 a 10 minutos.
Pimientos: Quitar el tallo. Trocear y retirar las semillas. Guardar en bolsas de plástico. Para su consumo hervir sin descongelar unos 5 minutos.
Zanahorias: Mejor tiernas. Cortar el tallo. Pelar. Escaldar, a trozos o enteras, 5 minutos. Enfriar y escurrir. Guardar en bolsas de plástico. Para su consumo hervir sin descongelar en agua salada unos 8 minutos.
Podemos utilizar cualquier forma de elaboración con las verduras congeladas pero una de las opciones más saludables, sin tener que descongelar previamente, es cocinarlas al vapor (las podemos tener listas en 5 minutos) o cocidas. También podemos saltearlas directamente con un poco de aceite.
Frutas:
Congelaremos sólo fruta en su punto óptimo de calidad y maduración. Hay que lavar la fruta en agua fresca, enjuagarla y secarla cuidadosamente. Los frutos blancos, como fresas y frambuesas mejor no lavarlas si no es necesario. Guardaremos la fruta en la nevera hasta el momento de su congelación.Para congelar fruta hay tres sistemas: en seco, con azúcar y en almíbar. La congelación en seco es apropiada para bayas, como las uvas. La congelación con azúcar es apropiada para frutos blandos como fresa y frambuesa. En almíbar congelaremos la fruta que queramos servir cruda.
Congelación en seco: Se guarda la fruta en recipientes sólidos, colocando la fruta con cuidado sobre papel de aluminio.
Congelación en azúcar: Se guarda la fruta en recipientes sólidos mezclandola con azúcar en proporción de 250 gramos de azúcar por cada kilo de fruta.
Congelación en almíbar: Preparar un almíbar. Verter azúcar en agua hirviendo, en proporción 1:1, removiendo hasta que se disuelva por completo. Añadir la fruta. Conservar en recipientes rígidos dejando un centímetro sin llenar.
Estas son algunas frutas y su forma de preparación:
Albaricoques: Se sumergen en agua hirviendo 30 segundos y se pelan. Quitar el hueso y trocear. Congelar en almíbar y envasar en recipiente rígido.
Cerezas: Quitar el rabo, lavar y secar. Congelar en seco. Pueden congelarse también en azúcar o almíbar. Envasar en recipiente rígido.
Ciruelas: Lavar en agua fría. Cortar y eliminar hueso. Congelar en almíbar y envasar en recipiente rígido.
Fresas y frambuesas: Congelar en seco o en azúcar. En bolsas o en recipientes rígidos.
Manzanas: Pelar y trocear. Escaldar en agua con limón 1-2 minutos y escurrir. Congelar en seco o en azúcar. En bolsas o en recipientes rígidos.
Melocotones: Pelar, cortar y eliminar hueso. Rociar trozos de melocotón con zumo de limón para que no se ennegrezcan. Congelar en almíbar y envasar en recipiente rígido.
Melones: Cortar por la mitad. Eliminar semillas. Cortar la carne en trozos regulares de 3×3 cm. Congelar en almíbar y envasar en recipiente rígido.
Piñas: Pelar y cortar en rodajas. Se envasan en recipiente rígido separando cada rodaja con film transparente. También se puede congelar en almíbar.
Uvas: Separar del racimo. Lavar y congelar en almíbar en frascos de vidrio o recipiente rígido.
Descongelar la fruta, en el mismo envase en la que se ha congelado, dejándola 6 horas en la nevera.