Por fin volvemos a la normalidad, las comidas festivas dejan paso a otras más ligeras, menos pesadas, incluso refrescantes, que es lo que necesita nuestro estómago para volver a la normalidad y a la rutina alimentaria. Con ese objetivo llegan las nuevas recetas de la temporada. Hoy me apetecía enseñaros más que una receta, una elaboración, ya en su día os enseñaba las conchas finas al vapor, pero como realmente están exquisitas es al natural. Es así como las ponen en los restaurantes de la costa andaluza, rociadas con limón y pimienta recién molida. Las conchas finas al natural son mi debilidad, y siempre que las encuentro en el mercado las compro. Tenemos que comprarlas vivas, es la única forma de poder cocinarlas al natural, si no están vivas no las compréis. Veréis que se mueven y sacan su lengua roja de vez en cuando. Esa es la única garantía para saber que están vivas. Acompañadas de un vino blanco fresco están de lujo, y cualquier época del año es buena para tomarlas.
INGREDIENTES:
1 kg. de conchas finas
Limón
Pimienta recién molida
PREPARACIÓN:
Como he dicho tendremos que comprarlas vivas, y al llegar a casa las meteremos en agua fría salada, para que suelten la tierra que llevan dentro. Dejaremos una hora más o menos. La mayor dificultad que tiene es abrirlas, por lo que hay que engañarlas para poder hacerlo. Para ello las dejaremos un momento sin agua y es cuando se abrirán un poco para poder respirar, en este momento metemos un cuchillo bien afilado por el centro, una vez dentro abriremos hasta llegar a uno de los extremos, unas vez que hayamos roto la membrana que cierra la concha ya tendremos la concha abierta. Es entonces cuando tendremos que limpiarlas bien, quitando la parte oscura de ellas, que son las tripas, así como la telita marrón que también las cubre por un lado y que amarga. Lavamos bien y nos quedarán la parte blanca y la anaranjada.
Servimos sobre su propia concha y depositamos en una bandeja con hielo picado. A la hora de tomarlas rociamos con limón exprimido y la pimienta recién molida.
Estas conchas finas las acompañamos de un chardonnay, el Nuviana, que descubrí a través de Carlos, y que, por fin, conseguí comprarlo on line este verano. Es un vino de Aragón que pertenece a Codorniú, y tiene un precio bastante bueno, pues no llega a los tres euros la botella. Un vino cuya nota de cata es la siguiente: "Color amarillo pajizo con algún reflejo dorado. Buena intensidad en nariz, se aprecian notas que recuerdan a frutas carnosas del tipo melocotón y maracuyá. En boca presenta una entrada agradable, muy equilibrada, resaltando las notas de fruta exótica. De gran cuerpo, presenta una notable persistencia en boca. El postgusto es intenso y fino. Se trata de un vino joven y equilibrado de fácil entrada y sin grandes sofisticaciones, pero manteniendo unas notas de rebeldía como consecuencia de su juventud".
Pues ya veis, no es necesario gastar mucho para tomar un buen vino. Con lo que respecta a las conchas finas tampoco son caras en exceso si las compramos en la pescadería, aquí cuestan alrededor de 8 euros el kilo, aunque en un restaurante suelen costar de 2 a 3 eros la unidad. Con esta elaboración y vino os dejo esperando que estéis volviendo a la rutina con toda normalidad.
Feliz miércoles.
Lidia.