Hace poco mi marido me regaló un bonito libro de recetas clásicas de repostería francesa de Eric Kayser, un célebre pastelero francés. Está lleno de bonitas fotos, explicaciones paso a paso de cómo hacer las delicias más espléndidas de la cocina francesa, como un Opéra o una Charlotte, que sin duda compartiré con vosotros sobre las páginas de mi blog. Pero hace unos días me apetecía preparar algo fácil y rico, que gustara a los niños y pudiera usar como merienda. Y ahí estaban….las deliciosas cookies. Una receta simple, rápida y que además tiene un truco muy útil: la masa, una vez preparada, se enrolla y se guarda en el congelador, y cuando haga falta, se saca, se descongela un poco y se hornea. Así siempre podéis tener unas cookies caseras recién hechas si de repente os llega una visita o unos invitados. Aqui os la cuento.
Ingredientes:
370 g de harina
1 sobre de levadura química
1 cucharita de sal
185 g de mantequilla
340 g de azúcar moreno
2 huevos
340 g de chocolate blanco (yo he optado por mitad de blanco, mitad de negro)
100 g de nueces de macadamia
100 g de nueces pacanas
Si no tenéis las nueces indicadas en la receta, siempre podéis sustituirlas por avellanas y nueces normales como he hecho yo. Solo hay que pasarlas por el mixer para convertirlas en trocitos no muy finos. Lo mismo habrá que hacer con el chocolate. Se puede comprar pepitas finas, pero yo he cogido trocitos de chocolate y los he pasado por el triturador. Tanto el blanco como el negro.
Preparamos la masa: mezclamos la harina con la levadura química y sal. Lo tamizamos todo.
En otro bol mezclamos la mantequilla ablandada con el azúcar moreno hasta conseguir una masa cremosa. Añadimos entonces los huevos y batimos un poco hasta que se incorporen del todo. Es mejor hacerlo con el robot, será menos trabajoso. Ahora incorporamos la mezcla de harina, sal y levadura, y enseguida añadimos el chocolate y las nueces partidos. Este proceso ya es mejor hacerlo a mano.
Cortamos un gran trozo de papel film transparente y colocamos la mitad de la masa en el, formamos un rulo con la masa, al se posible uniforme y con un diámetro de 5 o 6 cm. Envolvemos con el papel film y la metemos en el congelador una hora mínimo. Lo mismo hacemos con la segunda mitad de la masa.
Precalentamos el horno a 180ºC . Pasado el tiempo de congelación, sacamos el rulo de la masa del congelador y cortamos rondeles de 1-1,5 cm de grosor. Los colocamos en una bandeja de horno con papel vegetal encima, de la forma que no estén muy cerca uno del otro. Durante la cocción se aplastarán un poco y se pueden pegar entre si, si se ponen muy cerca. Los horneamos entre 12 y 14 minutos. Los bordes deben ser dorados y bien cocidos pero en el medio las galletas deben ser un poco blanditas.
Dejar enfriar sobre la bandeja y servir con una taza de té, café o leche. Disfrutadlas recién hechas, pero si no podéis guardarlas en una caja metálica o de plástico herméticamente cerrada alrededor de dos semanas. Aunque creo que se habrán acabado antes:).
La Cuisine de Uliana
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