Un coulis es una salsa, con textura de jarabe o puré fino, que se obtiene tras triturar un alimento y después colarlo. Aunque los coulis más populares son los elaborados a base de fruta, se pueden elaborar también a base de verduras u hortalizas. Se pueden utilizar para acompañar todo tipo de platos, y aportan no sólo un sabor intenso sino también un toque de distinción a nuestras preparaciones.
El coulis se conserva menos tiempo en la nevera que una mermelada, ya que la proporción de azúcar es menor. Por eso yo lo congelo en porciones, en una cubitera, y así siempre tengo listo para utilizar todo el año. Me gusta especialmente combinado con yogur, pannacotta, tarta de queso... Si es que es maravilloso que sea tan fácil de preparar y tenga tantas posibilidades.
Coulis de fresa
Ingredientes
250 g de fresas.
80 g de azúcar.
3 cucharadas de zumo de limón.
Preparación:
1. Lavamos las fresas y retiramos los pedúnculos. Cortamos las fresas en trozos.
2. Ponemos las fresas en un cazo junto con el azúcar y el zumo de limón, a fuego medio. Las cocinamos durante unos quince minutos, hasta que estén bien blanditas, sin aplastar ni remover.
3. Retiramos las fresas del fuego y dejamos que se atemperen un poco.
4. Pasamos las fresas por un colador, aplastándolas ligeramente con el dorso de una cuchara. Las semillas y los restos de pulpa quedarán en el colador, y obtendremos un puré muy fino, de sabor intenso.
5. Una vez frío, utiliza con tus postres favoritos. Puedes guardarlo en un frasco de cristal y reservar en la nevera, o incluso congelarlo en cubitos para usar cuando te apetezca.