Acabamos de empezar el otoño y ya apetecen platos calientes, y qué mejor que una crema de calabaza tan propia de esta estación del año, en el blog ya tenemos otras cremas de calabaza, la cremade calabaza y espinacas, calabaza y coco, calabaza y boniato, de calabaza almoscatel y una sopa de calabaza con albóndigas, todas ellas están muy ricas, cada otoño que pasa añadimos al blog alguna crema o sopa más, algún pastel de calabaza más y es que cuando te regalan una calabaza tienes para hacer muchas cosas con ella.
Esta receta es muy sencilla, solo tenéis que atreveros a probar cosas diferentes, ¿os gustará? Pues yo no tengo la respuesta pero en casa nos ha gustado a casi todos, es decir tres de cuatro.
Ingredientes:
1 kilo de calabaza
1 cebolla
1 membrillo grande
1 litro y medio de caldo de ave casero (decirle a Sebas que os de un par de cuerpos de pollo)
2 clavos de olor
Sal, pimienta, nuez moscada
1 tacita de aceite de oliva virgen extra (hace ya un tiempo que solo gasto a Flor del Olivo, muy recomendable)
Ponemos en una olla el aceite, limpiamos y troceamos la cebolla en trocitos pequeños, la ponemos a rehogar a fuego lento con un poco de sal, cuando empiece a tomar color añadimos la calabaza en trozos pequeños, volvemos a salar.
Pelamos el membrillo, le quitamos el corazón y lo añadimos a la olla cortado en trozos pequeños, dejamos rehogar durante unos diez minutos moviendo de cuando en cuando.
Cubrimos con el caldo de ave bien colado, añadimos el clavo, un poco de pimienta y una pizca de nuez moscada, dejamos cocer hasta que esté todo bien tierno.
Trituramos hasta que nos quede una crema bien fina y espesa, rectificamos de sal (cuidado que no os quede soso, porque como estoy en modo control de tensión lo dejo todo muy soso), servimos bien caliente.