Casi todas las noches de invierno cenamos en casa de cuchara. Las cremas y sopas calentitas en invierno nos entonan y reconfortan, nos hacen quitarnos el frío y, además, están buenísimas.
Me encanta la calabaza y el añadido del zumo de naranja le da un puntito riquísimo con mucho carácter.
Esta crema tiene un sabor muy festivo, así que, si la servís en vasitos con una presentación vistosa, los podéis poner de entrante en las comidas o cenas de Navidad. En forma de chupito entra de maravilla y seguro que gusta a todos vuestros invitados.
Para 6 vasitos:
500 g de calabaza
3 zanahorias
1 patata mediana
1 puerro
media cebollleta o cebolla
aceite de oliva virgen extra
4 cucharadas de nata (crema de leche) para cocinar
1 vasito de zumo de naranja (125 mL)
agua o caldo de verduras (750 mL)
ralladura de naranja
sésamo negro
pipas de girasol o calabaza
pimienta rosa
sal
Se pone en una cazuela o en la olla expréss un poco de aceite de oliva. Se pica el puerro y la cebolleta y se rehogan en el aceite caliente con una pizca de sal.
Se añaden las zanahorias, raspadas, lavadas y cortadas en trozos; la calabaza troceada y sin la piel dura y la patata pelada y lavada. Se rehoga todo unos instantes.
Se cubre con agua o con caldo de verduras, se rectifica de sal y se deja que cueza a fuego no muy alto unos 20 minutos.
Una vez pasado el tiempo, se añaden las 4 cucharadas de nata (crema de leche) (unos 100 mL o la mitad del tetra brik) y el zumo de naranja. Se bate con la batidora eléctrica hasta que quede una crema suave y lisa.
Se sirve en vasitos o cuencoa, espolvoreando con sésamo negro, unas ralladuras finas de la cáscara de naranja (yo puse de mandarina), unas pipas de girasol y una bolita de pimienta rosa. Se sirve de inmediato.