Romance sonámbulo
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
.
Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
Pero ¿quién vendrá? ¿Y por dónde...?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
..
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
Y el caballo en la montaña.
Este romance (que no he copiado completo por cierto) repleto de metáforas es uno de los poemas más famosos del Romancero Gitano del genial poeta y escritor granadino Federico Garcia Lorca; y aunque éste poema es íntegramente una interpretación de una historia trágica, donde se aúna lo popular con lo culto, lo dramático y lo narrativo, lo tradicional y la innovación con ése lenguaje tan personal del insigne andaluz..me gusta, me motiva, me alegra cuando canturreo aquella canción que me viene a la memoria del cantante Manzanita que popularizó a finales de los años 70, con su estilo personal, con matices flamencos, adaptando el bello poema de Lorca: Verde que te quiero verdesí, sí, que te quiero verde.
No, no me entristece las bellas palabras escritas por Lorca; no me entristece lo más mínimo el verde en Mi Cocina, todo lo contrario, la llena de alegría. La quiero verde, como escribió el poeta: verde como el viento, el verdes de las ramas y el de la mar.
El color verde me llama cada vez que pienso en mi cocina, parece que sin darme cuenta el color verde tiene vida propia y quiera cubrir cada rincón, cada detalle ¿Por qué me ocurre? Qui lo ça. Quizás porque es el color de la naturaleza y de la vida.
Para mí, añadir toques verdes en la cocina es algo que no puedo ni quiero evitar, es un color fresco, es una forma de traer la naturaleza a Mi cocina emulando la vegetación dentro de este espacio en el que se necesita conceptos que según dicen los entendidos da éste color: inspiración, creatividad, frescor y también relajación
mirando detalles verdes de mi cocina, canto el poema mientras cocino lo que nos regala la madre naturaleza, en ésta ocasión: chicharos.
¿Y Vds. quieren algo verde..una deliciosa y reconstituyente crema de guisantes? ¿De chícharos como los llamamos en Málaga?
¿Cómo la hice?
Ingredientes para dos personas:
250 grms. de guisantes frescos (Con la vaina puede llegar a pesar ½ kg.) (pueden usar congelados, aunque les puedo asegurar que el sabor no es el mismo en absoluto), 1 puerro (la parte blanca), una cebolla pequeña (tipo cebolleta, blanca, dulce), una patata mediana, 1 litro de caldo de pollo (suelo usar también caldo de puchero), sal, aceite de oliva virgen extra, 2 huevos, pimienta negra y jamón serrano en taquitos.
Los pasos a seguir:
Desgranar los guisantes, desechar las vainas y reservar las semillas.
Pelar y picar en trozos pequeños la cebolla y el puerro.
Pelar la patata y cortarla en cuadraditos.
En una cacerola echar un chorreón de aceite, echar el puerro y la cebolla, salar (con ello conseguiremos que suden y así no se doran) y pochar a fuego lento.
Mientras en otro cazo con agua cocer los huevos.
Cuando la cebolla y el puerro estén transparente añadir el caldo de pollo y las patatas, dejar cocer unos diez minutos.
A continuación agregar los guisantes dejándolos cocer a fuego suave otros diez minutos más. Rectificar de sal si fuese necesario.
Retirar del fuego y pasar por la minipimer, de forma que quede una crema lo más suave posible y con la textura deseada.
Mantener caliente.
Pelar los huevos y cortar en trozos.
Emplatar la crema, acompañar con los huevos cocidos, el jamón serrano y unas gotas de aceite de oliva virgen extra.
Con éste plato, les aseguro que sus comensales le dirán: verde, que te quiero verde..... ¡¡ Buen provecho !!