Parece mentira que de una planta tan simple puedan salir unos platos tan ricos. Antiguamente tan solo se comían las hojas pero los romanos, curiosos ellos, hurgaron en la tierra y vieron que la raíz también era comestible. Muchos años después, en el siglo XVI, los ingleses y los alemanes le dieron un empuje definitivo a la remolacha.
Esta hortaliza es una fuente de salud. Previene la hipertensión y el colesterol, tiene gran cantidad de fibra y un elevado contenido de azúcar, motivo por el cual los diabéticos deben comerla con moderación. Conviene hervirla y al manipularla seguro que se os mancharán los dedos de un color rojo brillante. Es el mismo color que adquiere esta crema de remolacha que hoy os proponemos. El contrapunto lo da el yogurt con el que completamos el plato.
RECETA
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INGREDIENTES
600 g de remolacha
Un litro de caldo de verdura o agua
2 zanahorias
1 puerro
1 cebolla
1 diente de ajo
Aceite de oliva virgen extra
Hierbas aromáticas (opcional)
Un yogur sin azúcar
PREPARACIÓN
En una cazuela poner el aceite de oliva y rehogar la cebolla cortada, el puerro también cortado y el diente de ajo laminado. Agregar las zanahorias peladas y cortadas en rodajas. Añadir las remolachas peladas y cortadas a trozos.
Añadir el caldo de verduras reservando una parte para poner al final dependiendo del espesor que queramos.
Rectificar de sal y hervir hasta que todas las verduras estén blandas. Si añadimos las hierbas aromáticas dejar hervir unos cinco minutos más. Triturar y servir con un poco de yogur sin azúcar.
Los veganos pueden sustituir el yogur por leche de coco o nata (crema de leche) vegetal.