En esta ocasión, las hice con la carne de carrilleras de cerdo guisadas que me había quedado y un poco de pollo. Lo que se dice, de aprovechar los restos.
Son muy ricas y jugosas, lo mejor que las muerdes y tienen carne. No se parecen en nada a las del super.
Ingredientes:
350g de carrilleras deshilachadas
150 g de pollo deshilachado
1/2 vaso de la salsa de la carrilleras
1/2 cebolla muy picada
500 ml de leche entera sin lactosa
120 g de harina
100 g de mantequilla pomada
50 ml de aceite de oliva
Nuez moscada recién molida
Pimienta negra molida
Harina, 2 huevos y pan rallado (para rebozar)
Aceite de oliva para freír
Sal
Elaboración:
Desmenuzar las carnes. Pelar y picar muy fino la cebolla.
Poner en un cazo a calentar la leche.
En una cazuela poner la mantequilla, los 50 ml de aceite y la cebolla picada, dejar hacer a fuego suave durante 15 minutos.
Añadir la harina y remover para que se cocine unos 5 minutos, sin parar de remover a fuego suave.
Ya habrá cogido color la harina, agregar la carne desmenuzada y mover para que quede bien integrada con la masa.
Añadir la leche caliente, en dos o tres tandas, dejar que hierva y se vaya ligando y espesando la bechamel. Añadir la salsa de las carrilleras, seguir removiendo, con cuidado que no se pegue.
Hay que tener en cuenta, que la masa cuando se enfría se hace más espesa.
Salpimentar, añadir la nuez moscada, remover. Retirar del fuego.
Volcar la masa en una bandeja plana para que se enfríe, así se podrá darles forma y rebozar.
Una vez fría la masa, hacer la forma de las croquetas, pasar ligeramente por harina, huevo batido, por último por pan rallado.
Freír las croquetas en una sartén con aceite bien caliente.
Observaciones:
Las croquetas aguantan en la nevera durante unos días en un táper cerrado.
Si se hacen muchas, se pueden congelar en una bandeja, quedando planas y sin tocarse entre si. Un mínimo de 24 horas. Después, se pueden pasar a bolsas de congelación.
Me salieron todas estas croquetas, pude congelar las que no consumí en ese día.
¡Qué ricas estaban!